En el marco de la promoción de la nueva
Estrategia de Defensa Nacional de EE.UU., el Pentágono ha revelado su visión de
los posibles conflictos con Rusia y China. "Resulta que los tiempos de la
Guerra Fría no han quedado atrás", opina el analista militar Yevgueni
Krútikov en un artículo publicado en el diario Vzgliad.
"Hay dos desafíos únicos con los que
tenemos que lidiar, y sus elementos se superponen, pero no son los
mismos", afirmó el general Paul J. Selva, vicepresidente del Estado Mayor
estadounidense, en un evento organizado esta semana por la asociación de
corresponsales de defensa y seguridad nacional Defense Writers Group.
Un B-52 lanza una bomba GBU-57A/B MOP en unas
pruebas en 2009"No calculan lo que vendrá después, y vendrá una
catástrofe": El peligro de las ambiciones de EE.UU.
En opinión de Selva, un conflicto con China
"sería en gran medida una batalla naval y aérea", mientras que el
ejército y la infantería de marina tendrían un papel secundario. En el caso de
Rusia, sería básicamente un combate aéreo y terrestre, respaldado por el
componente marítimo.
"El general Selva no ha dicho nada nuevo
ni desde el punto de vista estratégico-militar, ni táctico, ni político",
opina Krútikov. El analista señala que el discurso forma parte de un "plan
de presión propagandística ante la opinión pública en relación con el
crecimiento repentino de los gastos en Defensa en el presupuesto".
"Patrones
de los años 80"
"El general Selva ha confirmado los
peores temores de los analistas militares: el pensamiento estratégico-militar
de EE.UU. no se ha movido del punto muerto donde quedó en el auge de la Guerra
Fría", advierte el autor. A pesar de los avances tecnológicos, el elemento
más importante en la lucha contra Rusia, "al igual que a mediados de la
década de 1980, sigue siendo la velocidad de envío de refuerzos desde EE.UU. y
Canadá a través del Atlántico y Europa", escribe Krútikov. (RT)
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