Tony Arias Gil
Lo mejor de lo mejor, es no encontrarse el hacinamiento
de personas, las sombrillas viejas y las mesas destartaladas
El propósito era disfrutar de un domingo de enero. La
lluvia amenazaba con dejarnos en la casa. ¿Por qué no? Ver Netflix, tomar café,
comer galletas caseras, realmente no está mal la idea. Pero no, la lluvia no
daña mi viaje #MasAllademicalle. Le hicimos caso a nuestra hija Laura y nos
fuimos a conocer, disfrutar y contemplar, la Playa Hemingway en Juan Dolio.
A pesar de la lluvia el trayecto fue fácil y rápido. El
acceso a la playa es vigilado y controlado por policía del Cestur y en la
playa, lo mejor de lo mejor, es no encontrarse el hacinamiento de personas, las
sombrillas viejas y las mesas destartaladas de las personas que ocupan las
playas públicas para ganarse un dinerito.
En el 2017 visité Marbella, los condominios que acechan
esta hermosa playa, pero sólo había sido por trabajo, que aunque no fue
aburrido, confieso que es mejor visitar la playa y darse un chapuzón.
La experiencia fue excelente. Por obligación tuve que
comparar cómo me sentía en esta costa a cómo viví mi baño en Playa Buen Hombre
en diciembre del 2017: una diferencia del cielo a la tierra. El agua fría, una
marea suave y algunas piedras que molestaban.
No tengo nada contra el bullicio. Ahora bien, si me dejan
elegir, yo me quedo aquí.
De seguro vuelvo a Hemingway, una playa pública con
orden. Eso sí, como no se aceptan sombrillas, hay que venir preparado con un
buen sombrero para que el sol no te queme demasiado.
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