El Cañero

11 de febrero de 2018

« ¿Sobrevivirán los partidos tradicionales? ».


Francisco Américo Aristy
En las últimas décadas el pueblo dominicano ha visto cómo los partidos tradicionales se han ido desmoralizando casi llegando a la fase de la desintegración de los bloques universales. La unión Soviética y Estados Unidos dando inicio, a un nuevo orden mundial que cambió el tablero político donde también han influido otros factores como la desaparición física de los grandes líderes.
Es el caso de República Dominicana lo ha llevado al descalabro de dos de los principales partidos del sistema que influenciaron y sobrevivieron a una serie de cambios temáticos y sistemáticos pero al final la dialéctica tiene la razón con la que nadie puede, a la que ninguna obra humana puede resistirse.
Ni lo tangible, ni lo intangible, lo que las masas no interpretan y piensan que sus líderes son inmortales como ocurrió con el doctor Balaguer llevando a que no se produjeran nuevos líderes, lo que ha generado el colapso de esta organización casi en extinción dando cumplimiento a la máxima que dice “muere el líder, muere el partido”.
De igual forma ocurrió con el partido revolucionario dominicano que su militancia cifró, sus esperanzas en la figura de Hatuey de Camps, pues se equivocaron, ocurrió lo mismo que al partido reformista con la diferencia que gana el proceso del año 2000, lo que desarrolló un pleito por el liderazgo del partido conduciéndolo a una división insuperable en que nacen nuevos partidos como primero la gente de duración efímera y el partido revolucionario moderno, este último arrastró más de un 50% de la militancia del P.R.D.
En el otro escenario está el partido de la liberación dominicana que se mantiene hasta el momento con una postura estable (con críticas o no) aunque recientemente este ha tenido crisis momentáneas por el control del liderazgo de las estructuras del partido entre el actual presidente Danilo Median y el tres veces presidente Leonel Fernández.
Frente a la crisis de partidos en el país, las organizaciones de izquierda no presentan nada diferente para que la población pueda tener opciones de posibilidad de cambio, solo usan pequeños partidos para hacer grandes negocios y de esa manera lo ve la población como cazadores en tiempo de campaña.
En conclusión, el país no tiene una vía alterna ya que los partidos están desbordados y los pequeños no crecen, y los que surgen se quedan estacionarios; anclados como barco sin timonel.

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