6 de julio de 2016

¿El TC garantiza los derechos constitucionales en forma oportuna?

¿El TC garantiza los derechos constitucionales en forma oportuna?
Dr. Ángel Lockward
El colega y amigo, diputado Vinicio Castillo, escribió la semana pasada un interesante artículo sobre la violación a la Carta Política que representa el voto de arrastre y la inconstitucionalidad del Método D’Hont para asignar las curules en la Cámara establecidos por la Ley 157/13, que por mala aplicación de la JCE se lleva de paro el artículo 209.2 de la Constitución, que dispone que “las elecciones se celebraran de acuerdo a la Ley y con representación de las minorías cuando haya de elegirse dos o más candidatos.
Los métodos de asignación de escaños son fórmulas matemáticas, que buscan traducir los votos a escaños en la forma más cercana a la realidad y, se pueden establecer por ley, empero no por encima de lo que dispone la Constitución: es decir, son un método de asignar cuando la Carta Sustantiva no ha hecho la asignación, en el presente caso, el diputado que representa a la minoría es una garantía constitucional, que el Método D’Hont, ni la JCE pueden variar.
La fórmula matemática es útil cuando distribuye los diputados proporcionales que corresponden a la densidad de la población como dispone el artículo 81; es poco útil cuando se usa para distribuir los diputados nacionales, puesto que es la Constitución, de nuevo, que dispone su distribución entre las organizaciones que no hayan obtenido representación: en resumen, en nuestro ordenamiento constitucional hay tres tipos de diputados, aunque con igual prerrogativa: los proporcionales que surgen de la representación proporcional, los de minorías, reservados y los nacionales, que son diputados de ajuste para evitar la pérdida de votos de las organizaciones pequeñas y sin representación.
Esa lógica obedece a que en un Estado Social y Democrático de Derecho la base es la pluralidad política y, esta solamente se garantía cuando todos los ciudadanos, las mayorías ganadoras y las minorías perdedoras, se integran a las tareas públicas y al control del Gobierno: democracia es Gobierno de mayorías con respeto de las minorías.
Esas garantías, ajenas al desorden electoral y a las denuncias de fraudes, están siendo destruidas por la JCE y el TSE, dos de los principales errores de mi amigo Leonel en ocasión de la Reforma Constitucional del 2010, cuyo comportamiento ha afectado seriamente el avance que esa Constitución representa:  - con excepciones - una Norma moderna administrada por cavernícolas que no entienden, ni desean comprender, ni el abc de las ciencias políticas y de ordenamiento constitucional: el resultado es lo que tenemos, un descredito general que ilegitima a las autoridades. Algo muy malo para la democracia.

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