RAFAEL PERALTA ROMERO
El Partido Socialista Obrero Español es miembro de la Internacional
Socialista, organización de la que ha formado parte también el otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el
cual se ganó una posición estelar en la
lucha por la democracia dominicana y en
la solidaridad con otros pueblos oprimidos.
El último líder del PRD, José
Francisco Peña Gómez, de incuestionable honradez y de inquebrantable vocación
democrática, habló en todos los foros
mundiales en representación de la Internacional Socialista. Rodríguez
Zapatero, dirigente del PSOE, lo conoció de cerca, ¿lo oyó alguna vez hablar
del tipo de negocios que se hace ahora en el PRD?
Ha causado pesar que el dirigente español
viniera a asegurar que el PRD seguirá siendo una organización
fuerte y clave en el desarrollo de la democracia. En tiempo pasado eso
estuviera muy bien. ¿No sabe Zapatero que el una vez glorioso PRD ha
desaparecido? ¿De verdad cree Zapatero que la alianza con el gobierno es por el
bien del país?
En algo estamos de acuerdo con el visitante: no se entiende la historia de
la República Dominicana sin la historia del PRD. Fueron setenta años de lucha por la democracia y las
libertades públicas, ¿quién puede borrarlos?
Pero ese partido no es ni sombra
de lo que fue, sobre todo porque sus dirigentes
perdieron la dignidad.
Lo que no pudieron el tirano Rafael
Trujillo ni el déspota ilustrado Joaquín Balaguer, lo ha podido un negociante
disfrazado de político a quien Zapatero
ha venido a aupar, hablando de acuerdo programático y de que prime el interés
general. Quien no vea el uso nefasto que
se le está dando al que fuera el más grande
partido dominicano, ha de ser estúpido o
sinvergüenza.
Para afrenta del PSOE, su líder reiteró la vigencia de los viejos vínculos
entre éste y el PRD: “Tienen un afán compartido, una visión de la vida y de la
propiedad en la que prima el interés general”. No hay interés común, pues la
alianza con el Presidente Medina es
cuestión de burda conveniencia. Como lo
fue el matrimonio de la zapatera
prodigiosa.
En la obra de Federico García Lorca, la actitud hacia su marido de la joven zapatera, casada por conveniencia, no era amorosa. Para que el PRD vuelva a “ser fuerte
y clave en el desarrollo de la democracia”, como dijo el político ibérico, una fuerza superior tendrá que obrar maravillas.
Quizá estemos en presencia de un Zapatero prodigioso.
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