El Cañero

13 de agosto de 2015

CULTURA VIVA


Fechas trascendentes para desarrollar y fortalecer 
Por Lincoln Lopez 

Cada país se forja por una secuencia de sucesos originados por diversas causas. A veces hay en ellos una relación de causalidad, es decir, de causa-efecto, otras veces suceden por circunstancias puramente casuales. Ambos tienen como protagonistas al ser humano. Aquellos han sido acopiados por éste, en un proceso que la historia ha llamado fuentes. Tradicionalmente las fuentes de la historia son dos: las directas y las indirectas. Esa colección de eventos se va transmitiendo de generación en generación, se van importantizando, permanecen unos y desaparecen otros, la ideología imperante perfila un prototipo, así van construyendo la memoria histórica y parte de la cultura de una sociedad, se van desplegando un conjunto de factores con características propias (lingüísticos, políticos, sicológicos…) que agrupados conceptualmente reciben el nombre de: identidad nacional. 

El hecho relevante escrito para ser recordado o conmemorado recibe el nombre de efemérides, del griego epheremos, que significa diario, y en latín, que significa calendario. Como se sabe las efemérides se clasifican de varias maneras, por ejemplo, históricas, biográficas, científicas… 

Para muestra, veamos como algunas efemérides dominicanas pasan sin pena ni gloria, y por lo tanto, se van perdiendo la memoria histórica, y con ella también se escurre nuestra identidad, como agua entre los dedos… Naturalmente que no me refiero a los escasos e irrelevantes actos religiosos o de ofrendas florales, me refiero a ejecutorias que ellas formen parte de la agenda educativa o cultural (para que sea más amplia) de una manera activa, de discusión y de proyección permanentes. 

Las efemérides nos dicen que Rafael Sánchez Cestero fue seleccionado entre los cien músicos del siglo XX de República Dominicana. Falleció el 7 de agosto del 1999, luego de prestigiar los escenarios dominicanos y del mundo con su voz y talento por más de 60 años. Fundador de la Compañía Lírica Dominicana y Opera Dominicana. 

Otro personaje fundamental en la historia educativa de nuestro país es la de este pensador, escritor y pedagogo puertorriqueño, fallecido en nuestro país el 11 de agosto de 1903. Hombre de ideas liberales y abanderado del positivismo. Fundó en Santo Domingo la Escuela Normal. Su impronta en nuestro país es conocida como la “Escuela Hostosiana”: Eugenio María de Hostos. 

Dos fechas importantes: la del 16 y 17 de agosto. La primera en el año de 1863 y la segunda en 1883. Ambas se unen a dos acontecimientos actuales: uno, el inicio del año escolar, en donde cientos de miles de estudiantes retornan a las aulas, y, la otra es la difícil situación en que se encuentran las relaciones con el hermano pueblo con el cual compartimos la isla. Pero creo que resulta de sumo interés nacional que se organizaran actos para fortalecer nuestra nacionalidad. Particularmente la del 17 de agosto de 1883 por ser la menos conocida. Es bueno que se sepa que el 17 de agosto de 1883 en los salones de la Respetable Logia Esperanza No.9, localizada en la calle Las Mercedes No.4 de la ciudad de Santo Domingo, capital de la República Dominicana se interpretó el Himno Nacional de la República Dominicana. Ese reforzamiento patriótico es necesario. 

Porque las fechas trascendentes dominicanas deben ser “sembradas en la conciencia nacional” para fortalecernos y desarrollarnos. No para debilitarnos y envilecernos.

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