20 de agosto de 2015

CULTURA VIVA

Lincoln López
Los versos inéditos
“Tus pies toco en la sombra,
tus manos en la luz,
y en el vuelo me guían
tus ojos aguilares
Matilde,
con los besos que aprendí
de tu boca”.
Estos versos y otros inéditos y originales fueron hallados durante una revisión de los archivos de Pablo Neruda (Parral, Chile, 1904-Santiago de Chile, 1973) por parte de la fundación que lleva su nombre y que contenían los manuscritos de la obra del poeta chileno, Premio Nobel de Literatura en 1971, y celebérrimo autor de Residencia en la tierra (1933-1935). Son más de mil versos, “y podrían ser más. Y no solo poemas, sino también algo de prosa, discursos o conferencias”. Los poemas contienen una gran presencia del tema amoroso y erótico, una constante en las creaciones del vate.
…”que suban tus piernas de arcilla
el silencio y su clara escalera
peldaño a peldaño
volando conmigo en el sueño
yo siento que asciendes entonces
al árbol sombrío que canta en la sombra”.
Estos poemas están certificados como del autor, luego de los estudios de rigor, y, por tanto, los convierten “en el mayor hallazgo de las letras hispanas en los últimos años, un acontecimiento literario de importancia universal para uno de las voces más sólidas de la poesía latinoamericana del pasado siglo”. (Seix Barral).
De esa revisión, resultó una cantidad de veinte poemas inéditos…aunque “no todos ellos tienen título por lo que algunos se identifican con el primer verso”. Serán publicados en este año 2015, “coincidiendo con la celebración de los 110 años del nacimiento del poeta y los 90 años de la publicación de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de los cuales el poema 15 en su primera estrofa dice:
“Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que en un beso te cerrara la boca”.
Pere Grimferrer, poeta y experto dice que esos versos inéditos alumbran más zonas del universo nerudiano y lo expanden. Muestran un Neruda con el poderío imaginativo, la desbordante plenitud expresiva y el mismo don, el apasionamiento erótico o amatorio que la invectiva, la sátira o el mínimo detalle cotidiano convertido en poema”.
En 1921 publicó La canción de la fiesta, su primer poema, con el seudónimo de Pablo Neruda, en homenaje al poeta checo Jan Neruda. Alcanzó fama internacional con Veinte poemas de amor y una canción desesperada, obra que, junto con Tentativa del hombre infinito, distingue la primera etapa de su producción poética.
Fernando Sáez, Director de la Fundación Pablo Neruda expresó que los versos estaban en una de las cajas fuertes llenas de carpetas y cuadernos con toda la obra de Neruda, y que, “durante varios años, el material fue ordenado, clasificado, fotocopiado, escaneado y revisado exhaustivamente, página a página, para cotejar qué había sido publicado y qué no”. Entre todos ellos estaba lo que él llama: el botín. Otra muestra final:
“Vivo temblando de que no me llamen
o de que me llamen los idiotas,
mi ansiedad resistió medicamentos,
doctores, sacerdotes, estadistas (…)
el desprecio que me consagrarán
cuando yo ya no sirva para nada
es decir para que hablen
a través de mi cuerpo las avispas”.

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