Convocada por las redes sociales, una multitud se concentró frente al Congreso y en varias ciudades para reclamar medidas contra los femicidios
Por Fernando Massa | LA NACION
Buenos Aires.- No sólo fue una convocatoria multitudinaria que copó la plaza del Congreso con más de 150.000 asistentes y logró aunar banderas discordantes bajo un mismo lema: gritar contra los femicidios y modificar una cultura de violencia. No sólo fue un acto que pidió estadísticas oficiales y que se pongan en práctica las herramientas legales que existen hoy en la Argentina para frenar este drama. No sólo fue un encuentro donde personas -en su mayoría, mujeres- de todas las clases sociales, credos e ideologías visibilizaron con sus carteles de #NiUnaMenos, la consigna más repetida de los últimos días, una problemática que muchas veces es subestimada o atendida demasiado tarde.
La concentración de ayer, que fue convocada básicamente por las redes sociales y que tuvo réplicas en ciudades de todo el país, fue también la chance para muchas mujeres de perder el miedo, la vergüenza o la impotencia y acercarse a la plaza para decir "acá estoy", "yo lo sufro", "yo lo sufrí", y contar su historia en una remera pintada a mano, o descargar su angustia al escuchar las palabras de un discurso que finalmente hablaba de ellas y por ellas.
Fue también la chance para muchos familiares de chicas asesinadas de pedir una vez más esa justicia que aún no consiguieron.
"En 2008 mataron a una mujer cada 40 horas; en 2014, cada 30. En esos 7 años, los medios publicaron noticias sobre 1808 femicidios. ¿Cuántas mujeres murieron asesinadas este año sólo por ser mujeres? No lo sabemos. Pero sí sabemos que tenemos que decir basta." Así empezó el discurso de ayer, pasadas las 17. El texto se dividió en tres partes y le pusieron voz la actriz Érica Rivas, el actor Juan Minujín y la dibujante Maitena. Detrás, pendientes de la organización, estaba el puñado de periodistas -Marcela Ojeda, Ingrid Beck, Hinde Pomeraniec, Florencia Etcheves y Valeria Sampedro, entre otras- que después del asesinato de la joven Chiara Páez, en Rufino, se preguntaron en Twitter: "¿No pensamos hacer nada? Nos están matando a todas".
Y lo hicieron. Porque ese interrogante canalizó las inquietudes de muchas más personas, que adhirieron, retuitearon, compartieron y escribieron y dibujaron sobre una temática que ayer se puso sobre la mesa para exigir que la sociedad y quienes tienen en sus manos las herramientas institucionales den una respuesta.
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