Despertó interés la información que
reporta la decisión del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) de
dedicar sus recursos a la construcción de hangares en el aeropuerto militar de
San Isidro para alojar aeronaves que utiliza la Dirección Nacional de Control
de Drogas (DNCD).
República Dominicana está ubicada en
el trayecto del transporte de drogas hacia los Estados Unidos y Europa,
actividad que amenaza nuestra sociedad por la vocación que tienen los recursos
que produce este negocio ilícito para actuar como agente corruptor en la sociedad.
Por esta razón nuestro organismo anti
drogas debe ser dotado de los recursos y de todo el apoyo institucional y
ciudadano necesarios para realizar las delicadas funciones a su cargo. Pero
llama la atención que sea el IDAC, un organismo técnico, quien dedique sus
recursos a construir la infraestructura que necesita la DNCD.
(La legislación que crea el IDAC dice
que el instituto estará a cargo de la supervisión y control de la aviación
civil, y de la efectiva aplicación de los reglamentos, órdenes, normas y reglas
que sean de su competencia).
Recientemente el IDAC logró que se le
redujera la asignación que recibe el Ministerio de Turismo para promoción y
desarrollo de infraestructura turística y se le entregaran esos recursos (unos
2.5 millones de dólares, más de 100 millones de pesos).
Muchos nos preguntamos, para qué
necesita el instituto recursos adicionales si esta entidad tiene ingresos
propios asegurados, y ha publicado con bombos y platillos que acaba de renovar
su equipamiento de control y supervisión del espacio aéreo.
El anuncio de que con los recursos del
IDAC se construirán hangares para la DNCD hace pensar que estaban en lo cierto
quienes entendían que el instituto tenía suficientes recursos.
Tantos, que ahora puede aportar para
actividades no relacionadas con sus funciones.
Es la segunda ocasión en años
recientes en que se utilizan recursos que debían fortalecer los programas de
turismo, para actividades que si bien son importantes, no debían sustentarse
debilitando los recursos que deben apoyar la actividad económica que representa
alrededor del 20% del producto interno bruto, más del 15% de los ingresos del
Estado y la proporción más significativa de las divisas que genera la economía
para su funcionamiento.
En el 2009 se decidió pagar el crédito
para la compra de los aviones militares Tucano usando parte de los ingresos que
aportan las tasas aeronáuticas, que son en realidad un impuesto disfrazado con
nombre de “tasas”, que pagan -vía los aeropuertos- los millones de visitantes
extranjeros y los miles de viajeros dominicanos.
Las instituciones turísticas del
sector privado hicieron bien al pedir al presidente Danilo Medina dejar sin
efecto el traspaso de recursos de MITUR al IDAC.
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