Editorial Invitado (El Nuevo Diario)
Cómo creer que vamos bien si insistimos en cometer excesos vergonzosos. Que en medio de nuestras precariedades los diputados vuelven a repartirse 176.9 millones de pesos para regalos el Día de las Madres es algo imperdonable. Sin embargo, ha quedado más que comprobado que la labor social de los legisladores opera como una excusa para distraer los fondos públicos.
Y lo cierto es que no escarmientan, pues no bastó el rechazo del reciente reparto para las habichuelas con dulce de la Semana Santa. El país está lleno de miseria y tenemos a nuestros legisladores repartiéndose los recursos del Estado sin proporcionar soluciones a muchos de los problemas por los que padece la población.
Es una vergüenza que tenemos que parar, y el reto ha de ser que lo haga el Gobierno y el partido oficial o los propios legisladores, o tendrá el país que salir a denunciar y a presionar para que esto no siga ocurriendo con los recursos del pueblo. Es una pena que ningún legislador se niegue a recibirlos o que algún partido no lo denuncie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario