Por
Narciso Isa Conde - El Grillo
No
basta marchar para ponerle fin a este sistema de corrupción, impunidad,
empobrecimientos brutales, depredaciones y desigualdades sociales.
Incluso
no bastan las indignaciones populares, ni las rebeldías sociales, ni las
movilizaciones multitudinarias para abrir la compuertas de los cambios
políticos alternativos, inalcanzable a través de un sistema electoral
corrompido y manipulado.
Se
precisa del factor conciencia y
organización, de la creación de fuerzas
políticas conductoras, de fuerzas conscientemente transformadoras en las nuevas
condiciones nacionales, continentales y mundiales.
Esta
convicción nos remite inexorablemente a Lenin en lo relativo a espontaneidad y
conciencia, masificación y organización, movilizaciones por reivindicaciones
que un Estado mafioso bloquea y luchas
con conducción estratégica y sentido de construcción y conquista de poder; nos
remite a la necesaria estructuración y cualificación de los revolucionarios y
revolucionarias pertenecientes a los movimientos sociales de avanzada:
“Hemos dicho que es preciso infundir a nuestro
movimiento, muchísimo más vasto y profundo que el de los 70, la misma decisión
abnegada y la misma energía que entonces. En efecto, parece que nadie ha puesto
en duda hasta ahora que la fuerza del movimiento contemporáneo reside en el
despertar de las masas (y, principalmente, el proletariado industrial) y su
debilidad, en la falta de conciencia y de espíritu de iniciativa de los
dirigentes revolucionarios. …………..”La conciencia socialista moderna solo puede
surgir de profundos conocimientos científicos…… (V.I. Lenin.-Obras Escogidas.
¿Qué Hacer? Editorial Progreso, Moscú, pág., 138 y 146)
Esto
se refiere a la cuestión cardinal de la organización de los/as
revolucionarios/as, de la fuerza con capacidad de articular, hacer confluir,
contribuir -desde la ciencia y al compás de las luchas- a elevar la conciencia
y organización política del pueblo en lucha y a convertir progresivamente los
sujetos sociales dominados, oprimidos y explotados en poder paralelo al
existente.
Se
trata de crear una fuerza que les imprima cohesión, direccionalidad política a
las luchas de las clases explotadas, sectores oprimidos, excluidos,
discriminados y dominados… al pueblo indignado y movilizado
Una
fuerza política que pueda devenir en conductora de una gran parte de la
sociedad, por la conciencia política transformadora que sea capaz de crear en
su seno, por la organización que construya, por las técnicas que domine, por
las formas de lucha apropiadas que impulse y generalice, por la capacidad
tecno-científica, teóricas y política capaz de trascender sus propias
fronteras.
Ese
es uno de los más importantes desafíos en el presente y el futuro próximo.
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