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28 de abril de 2018

Efectos de la minería subterránea en San Juan


Opinión
Por Rubén Moreta
A pesar de que una resolución del juez Dante Almonte, que prohibió las actividades de la empresa Gold Quest, esta insiste en una profusa campaña de desinformación, presentando la minería subterránea como una panacea.
La sociedad debe saber que la minería subterránea produce tanto daño como la minería realizada a cielo abierto.  Esta puede provocar  variaciones importantes en el régimen hídrico freático, es decir, en las aguas localizadas en el subsuelo.  De aprobarse el proyecto minero El Romero, las aguas subterráneas van a sufrir un estropicio en su flujo interior en toda la Cordillera Central.
Otro efecto de esta pretendida minería subterránea es la pérdida física de suelo por extracción, por el levantamiento de infraestructura interior del yacimiento y por relleno de hormigón o cualquier otro material en las áreas intervenidas, donde se desplazan aguas y que es imprescindible tapar.  Estos rellenos pueden provocar un cambio en el patrón de ruta de las aguas subterráneas.
Los suelos del Valle de San Juan se exponen a una pérdida de propiedades químicas, debido a la contaminación de metales pesados, metaloides, más la suma de sales al suelo o sulfatos, consecuencia de las faenas que pretenden iniciar en la proximidad de la cabecera del Río San Juan los mineros que apoya el Ministerio que encabeza el neoliberal Antonio Isa Conde.
La minería metálica en la proximidad de un río, puede producir  la variación del perfil y trazado de su corriente, debido a las excavaciones.
La incorporación de partículas sólidas en la corriente del Río San Juan debido a la explotación del yacimiento de El Romero por parte de la Gold Quest, va a provocar un aumento de la sedimentación “aguas debajo” de la Presa de Sabaneta, del canal José Joaquín Puello y en toda la cuenca del rio.
En el río San Juan, la Presa de Sabaneta, el Contra-embalse de Sabaneta (que se proyecta construir en Punta Caña) y en la Presa de Monte Grande en fase de construcción (el Río San Juan afluente del Río Yaque del Sur),  se puede producir también una acidificación por la infiltración y/o retención de sulfuros que va a emanar la pretendida explotación minera de los canadienses-suizos, cobijados en multinacional GoldQuest.
Los procesos de metalurgia se realizan generalmente por lixiviación y cianuración, el primero es, desde el punto de vista de la Química, tratar una sustancia compleja, como un mineral, con un disolvente adecuado para separar las partes solubles de las insolubles, y el segundo, es la aplicación de cianuro (sal del ácido cianhídrico), el cual posee una toxicidad elevada.  El uso de cianuro envenenará los suelos del valle.
Toda minería, aún subterránea, produce deforestación. Una zona importante de la Cordillera será arrasada para la instalación de los escenarios de trabajo de los mineros.  Deforestar en esa zona es un contrasentido, porque el gobierno estaría invirtiendo cinco mil millones en labores de reforestación precisamente en la cuenca alta del Río San Juan.
Toda actividad minera produce drenaje ácido, el cual afecta el Ph de las aguas, es decir, daña la calidad  y potabilidad del preciado líquido.  Imaginemos qué sería del Valle de San Juan sin agua para el consumo humano, animal y para la producción agrícola, fuente económica de esa llanura, la mayor productora de granos del país.
¿Acaso se pretende producir un genocidio en el Valle de San Juan?
*El autor es Profesor UASD.

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