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15 de abril de 2018

LA BATALLA DEL 30 DE MARZO Y SUS CONSECUENCIAS


Julio M. Rodríguez Grullón
El ejército del norte que organizó Herard para rápidamente atacar a los dominicanos antes de que pudieran recibir ayuda extranjera, estaba comandado por el Gral. Jean Louis Pierrot y estaba compuesto de unos 10 mil hombres, algo mayor que el del propio  Herard, en el sur.
Este ejército se presentó ante Santiago la tarde del 30 de marzo de 1844, antes de lo esperado, por lo que Mella, quien estaba a cargo de organizar la defensa en el norte del país, estaba en San José de las Matas, reclutando fuerzas para la defensa de Santiago, acompañado del Gral. Pedro Ramón de Mena. Ya él había traído desde Moca, a José María Imbert, con experiencia militar en los ejércitos franceses y es este, quien tiene que organizar  la defensa de la ciudad.
Se improvisan tres fuertes con cañones que causaron enormes bajas al enemigo, los andulleros de  Fernando Valerio arremetieron contra los haitianos y Juana Saltitopa demostró un valor espartano, enfriando los cañones con agua del Yaque y también actuando como enfermera de combatientes dominicanos heridos.
Las aguas del Yaque   se tiñeron  de rojo de sangre haitiana esa tarde.
Los haitianos se retiraron al llegar la noche, calculándose sus perdidos en 700 muertos y cientos de  heridos y a .diferencia de lo ocurrido en Azua, los dominicanos los persiguieron, hostilizándolos todo el camino hasta la frontera  en Dajabón, causándoles numerosas bajas en ese trayecto.
Esta resonante victoria tuvo tres consecuencias importantes:
a)     Levantó el entusiasmo independentista, alicaído por la retirada de Santana en Azua
b)    Pierrot fue informado de que  Herard había muerto en el combate de Azua y tan pronto llegó a Cabo Haitiano proclamó una república en el norte de Haití, con esa ciudad de capital, bajo la Presidencia del Gal Phillipe Guerrier, a pesar de la ancianidad de este soldado.
c)     Del lado dominicano se formó .una fuerza  militar controlada por Mella, que no apoyaba las .ideas separatistas de los afrancesados  en Santo Domingo, que estaban apoyados  en los mellizos Santana y sus huestes para imponerla y contaban además con la colaboración decidida del cónsul francés Saint Denys.
Todo el mes de abril se hicieron preparativos para que el ejército del norte cruzara hacia el sur y atacara a Herard en Azua por la retaguardia, pero esos planes no se hicieron realidad, por las dificultades logísticas. Duarte era de los principales promotores  de ese plan.
Motivado por las revoluciones en Haití, pues a principios de mayo estalló otra en Puerto Príncipe en su contra, Herard, tuvo que retirarse  el 7 de mayo a intentar sofocarla, incendiando a Azua antes de partir, pero sus esfuerzos fueron en vano, pues fue depuesto del mando y tuvo que partir para el exilio ese mismo mes.
Tan pronto se retiró Herard, los mellizos Santana vinieron  a Santo Domingo a entrevistarse con Saint Denys y a pedirle de nuevo el envío de tropas francesas, para evitar una guerra civil que se aproximaba entre los dominicanos, pues estaba claro la disparidad de criterio sobre el porvenir de la nueva nación, entre la fuerza del norte triunfadora el 30 de marzo y la del sur, triunfadora el 19 de marzo.
En su correspondencia a Guizot del 24 de mayo de 1844, Saint Denys pronosticó que se aproximaba una guerra civil en la nueva República Dominicana que la llevaría a la anarquía.

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