puromarketing.com
Muchos son los que todavía recuerdan cómo fue su primera
experiencia de compra online y las sensaciones y temores que asociaban a ella.
Ahora, muchos años después de esa experiencia primera, posiblemente recuerden
con cierto humor toda aquella sensación de novedad, de suerte de aventura virtual
que suponía comprar online, y el ligero temor a estar haciéndolo todo mal. Ya
fuese aquel primer billete de avión que se compró en la red o aquellos libros
en edición extranjera que resultaba imposible encontrar en una librería cercana
pero que estaban a un par de clics de distancia en la red, la experiencia fue
casi de forma segura muy diferente a la que ahora se tiene comprando online.
Ahora, el consumidor medio (y en ese saco entran cada vez
más personas y más diversas en términos generacionales y demográficos) compra
muchísimas cosas en internet. Solo hay que echar la vista atrás para ver lo que
se ha comprado online de forma personal para verlo. Es casi una suerte de juego
divertido, el de pensar qué se ha comprado en la red en las últimas - por poner
una franja cualquiera - 72 horas. La lista puede incluir la compra en el súper,
un pedido de comida online porque no se tenía ganas de cocinar, un par de
libros y hasta la nueva cortina para la ducha.
Mucho ha cambiado desde aquel momento en el que nos daba
miedo hacer algo mal en el proceso de compra - y un cierto temor a no estar en
un site que mereciese nuestra confianza - hasta el presente en el que compramos
cualquier cosa en la red y desde cualquier dispositivo y a cualquier lugar. El
comercio electrónico se ha convertido en una parte integral de nuestras vidas y
de nuestro día a día y ha eliminado muchísimas barreras en el acceso al
consumo. Compramos, por ejemplo, en tiendas online de países distantes como si
no fuese algo fuera de lo normal y adquirimos productos que antes eran casi
imposibles de encontrar tras una simple búsqueda en la red.
No hay comentarios:
Publicar un comentario