Voces y ecos:
RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
En
atención al nombre de esta columna, nos hacemos eco del clamor emitido por el
escritor Avelino Stanley y la socióloga Reina Rosario en un documento titulado
“Llamado contra el racismo y el odio”. Lo que sigue es un extracto del texto suscrito
por ellos a propósito del Día
Internacional de la No Discriminación Racial, que se conmemora el 21 de marzo.
Dicen:
Lamentablemente,
la fecha lo que genera es preocupación.
Preocupación por la degradación moral y ética que vive la República Dominicana.
Y una preocupación profunda porque en el país un grupo de personas ha estado
enastando de manera persistente la bandera del racismo y del odio y con esa
acción han tomado en su buena fe a otros dominicanos y dominicanas.
Los
que promueven el racismo y el odio saben muy bien que están jugando con una
candela peligrosa. El francés Michael Wieviorka
afirma que es posible identificar el
racismo en la práctica. Y resalta cuatro planos o niveles en que se manifiesta.
En su escrito titulado “El Espacio del racismo” (México: Paidos, 1992),
el autor dice que la primera forma es el “Infrarracismo” y en la misma “Se
observa la presencia de doctrinas, la difusión de prejuicios y opiniones con
frecuencia más xenófobos que propiamente racistas. Nosotros preguntamos: ¿algún
parecido en la sociedad dominicana?
El segundo momento Wieviorka lo llama “Racismo fragmentado” y dice: “Aparece como
tal, abiertamente manifiesto, cuantificable, por ejemplo en los sondeos de opinión.
La doctrina, que ya está más extendida, anima a un número mayor de publicaciones,
de círculos y de grupos influyentes.” ¿No hay ningún parecido con el momento
actual que vive la República Dominicana?
El tercer momento el autor lo llama “Racismo político”
y sostiene que aquí el “racismo se convierte en el principio de acción de la
fuerza política o parapolítica; el racismo mismo se hace entonces política,
animando debates y ejerciendo presiones.
El cuarto y último momento, según lo señala Wieviorka,
lo llama “Racismo estatal” y sostiene que es “a partir del momento en que el
Estado mismo se organiza de acuerdo con orientaciones racistas, desarrolla
políticas y programas de exclusión, de destrucción o de discriminación.
Queremos
hacer un llamado a la conciencia de los dominicanos y dominicanas con
preocupación por el futuro genuino de nuestra nación para que volvamos la vista
al dominicano más puro: Juan Pablo Duarte. Volver a Duarte es la solución, él
es la guía. Por eso hacemos un llamado para no dejar que crezca el odio que
quieren hacer geminar en el país. Un llamado ferviente para que no permitamos
que el dio se instale en el futuro dominicano.
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