Rafael Torres
Una amiga de este grupo me ha pedido la
historia del chivo de Celina, pues un enamorado le dijo que él está por ella
como el chivo aquel.
Aquí le va: Se cuenta como un hecho real que
hace muchos, años una señora llamada Celina tenía una, crianza de chivos en el
patio de un ranchito en que vivía en las cercanías de Rio Sala'o. En la manada
un chivo viejo que había sido un tremendo padrote parecía ya cansado.
Las chivitas le floreteaban y nada; se le
arrimaban y nada, daba la impresión de que el viejo chivo estaba gastado ya y
que había colgado el guante.
Un día de buenas a primeras el chivo se paró
en dos patas berreando como en sus buenos tiempos y se fue en dirección al rio,
se tiró al agua y lo cruzó nadando rumbo a Buena Vista.
Celina y quienes vieron aquello se asombraron,
¿un chivo meterse al agua y nadar? Creyeron loco al chivo y lo dieron por
perdido, que había cogido el monte.
Al otro día estuvo el chivo de vuelta en casa
de Celina, pero en la tarde, rumbo al rio y a cruzarlo a nado rumbo a Buena
Vista, ritual que llevaba a diario el jodío chivo. ¡Qué tiburones del carajo, e
pa’lla que voy!
¿Qué había pasado? Al viejo caprino le había
llegado el olor de unas chivitas de Buena Vista que lo aficiaron a tal extremo
que nadaba cruzando el rio.
Algo sin ejemplo, nunca visto, el súmmum del
aficie y la chulería. ¡Un chivo nadador! Por eso desde antaño se dice en La
Romana de un hombre loco por una hembra, que está más enamora'o que el Chivo de
Celina.
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