El pasado miércoles (17 de marzo 2021) ocurrió un hecho de esos que han de quedar resaltados en la historia de la República. No se trata de la llegada, procedentes de China, de un millón de dosis de la vacuna contra la covid19. Tampoco me refiero a que ese día se cumplieron 46 años del asesinato del periodista Orlando Martínez.
La gran novedad consiste en que el Gobierno
dominicano haya anunciado su apoyo a la creación de un diplomado en periodismo
ético. El acto tuvo lugar en el Palacio Nacional, el mismo desde donde habría
salido la autorización para eliminar a Orlando Martínez, por sus recias
críticas al gobernante de entonces.
El presidente Luis Abinader, que encabezó la
actividad, pronunció un discurso fundamentado en el respeto entre el Gobierno y
los medios de comunicación. Dijo que compromete todo el empeño para que el
ejercicio del periodismo en el país sea garantía de transparencia, veracidad y
respuesta directa a los cuestionamientos de los ciudadanos.
“Como presidente y como ciudadano, siempre
estaré en contra de toda intervención que coarte las libertades, que imponga
opiniones o marque líneas a los profesionales del periodismo y a los medios de
comunicación”. Esto dijo Abinader, además de asegurar una relación respetuosa
con los periodistas y los medios.
Además de la Presidencia de la República
están apoyando el diplomado en periodismo ético el Ministerio de Economía,
Planificación y Desarrollo y el de Educación Superior, Ciencia y Tecnología.
Será impartido por la Universidad Autónoma de Santo Domingo. La docencia girará
sobre Ética periodística, Datos, Alfabetización mediática y Transformación
digital.
De tres decenios a esta fecha, el estado del
periodismo en nuestro país deja mucho de qué hablar. La ética rueda por el
suelo y el pudor de algunos periodistas ha resultado con heridas mortales. A
esto se agrega una legión de seudoperiodistas que han puesto muy en entredicho
la imagen de esta profesión: su objetivo es la búsqueda de dinero.
El principal compromiso de un periodista es
con la verdad. A los gobiernos despóticos nunca les han gustado los periodistas
independientes y apegados a un auténtico sentido ético. Por eso este tipo de
gobernantes golpean a periodistas críticos o
tratan de callarlos mediante la concesión dádivas en distintas especies
(el famoso pagar o pegar).
Con el apoyo a este diplomado, el Gobierno
hace recordar el pensamiento del estadista Thomas Jefferson, de EUA, quien en
1787, cuando fue aprobada la
Constitución de Estados Unidos, declaró: “Si tuviera que decidir si debemos
tener un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno, no dudaría en
preferir lo segundo”.
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