A Él
Él, da su piel a la luz como un poema.
Se modela en un signo infinito
dejando ver apenas
la quimera.
Él, se entrega en la imagen
subversiva, haciendo más sin voz
y sin palabras
como se da la flor
como se da la paz
como anda el agua.
Él, incesante busca en el destello
la forma de expresar cuanto
la sed aguarda.
Seduce la mirada desafiante
en un grito sereno así, sin eco
como una fruta, un acorde fugaz
una instantánea…
Indomable y audaz
como un moderno Adán
posa en remedo del mentís
y triunfa enmarcado
en el placer de hacer
lo que sale de su alma.
© Leibi Ng
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