La mayoría de los escoceses con derecho a voto que han
acudido este jueves a las urnas han decidido que su país no
abandone la unión de más de tres siglos con los demás
inte-
grantes del Reino Unido.
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Los partidarios de
la unión vencieron con una ventaja del 10%. Según la cifra oficial, el 55,3% de
los votantes apoyaron la unión con el Reino Unido, mientras que a favor de la
independencia votaron el 44,7%.
Escocia ha decidido
no convertirse en un país independiente. Acepto este veredicto", ha dicho
Alexander Salmond, el líder independentista y ministro principal de Escocia
desde 2007.
"Igual que
miles de personas en todo el país, he puesto mi alma y mi corazón en esta
campaña y es realmente decepcionante no haber podido garantizar el sí por tan poco
margen", ha comentado a su vez la subdirectora del Partido Nacional
Escocés, Nicola Sturgeon.
El primer ministro
británico, David Cameron, en respuesta a los resultados del referéndum prometió
que Escocia obtendrá más derechos. Detalló que los respectivos proyectos de ley
estarán listos para enero del 2015. Cameron subrayó que todas las promesas que
hizo su gobierno en vísperas del referéndum serán cumplidas. Se comprometió,
además, a impulsar reformas para el resto del Reino Unido y puntualizó que ya había
dado instrucciones a William Hague, ministro de Asuntos Exteriores del país,
para que elaborara planes de descentralización. "Este referéndum ha sido
muy reñido y ha encendido pasiones muy fuertes", comentó el primer
ministro.
De acuerdo con los
datos oficiales, cerca de 3,6 millones de personas -lo que corresponde a un 78%
del electorado potencial- han acudido a los colegios electorales que se han
abierto a las 07:00 de la mañana (hora local) para dar su voto acerca del
futuro de la nación escocesa. El recuento de papeletas empezó de inmediato tras
el cierre de las urnas a las 22:00 (hora local).
El resultado final
se conoció la mañana del viernes después de que los 32 consejos administrativos
terminaran el escrutinio.
La decisión de la
mayoría de escoceses de no independizarse del Reino Unido coincide con la
postura de los Gobiernos occidentales, que exhortaron a no romper la unión. Los
opositores a la causa nacionalista de Edimburgo creen que el nuevo estatus de
la nación podría traer consecuencias negativas tanto para la economía de
Escocia como para su posición en el campo político.
Así, de convertirse
en un país independiente, Escocia quedaría fuera de la UE y de la OTAN, lo que
obligaría a la comunidad internacional a reconsiderar una serie de acuerdos
vigentes. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso,
también había advertido de que sería "extremadamente difícil, si no
imposible", hacer que una Escocia independiente del Reino Unido formara
parte de la UE.
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