Ese domingo en la noche, 8:15, y después de unas
breves palabras, el pastor Luis Félix Rodríguez, introdujo al predicador de la
noche Ramón Collado. Éste saludó a una iglesia llena y efusiva, y la invitó a
leer la parábola de las 10 vírgenes en Mateo 25:1-13.
El servicio normalmente terminaba a las 9:00 pm,
pero dan las 10:15 pm y el predicador apenas va por la primeras 5 vírgenes, y
sólo quedan en la iglesia el pastor Luis Félix, Ana Bertha Belliard, Justino mi
hermano y un servidor. A las 10:30pm, mi hermano me pasó unas llaves y me dijo:
"Dáselas al predicador para cuando termine cierre la iglesia."
El predicador terminó a las 11 pm y tuvo que dormir
en el pueblo por lo difícil de encontrar transportación a Santiago a esa hora.
La Biblia dice: "Y un joven llamado Eutico,
que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto
Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue
levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole,
dijo: No os alarméis, pues está vivo." Hechos 20: 9-10
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