En sus memorias
profundamente inspiradoras, El árbol de la fe, Dios quiere responder a SU
oración , Christine Schat habla de la presencia de Dios en su vida, contando
historias reales que van desde lidiar con el arrepentimiento hasta dejar ir la
culpa y dejar ir la vergüenza. Hubo muchos eventos de la vida que llevaron a
Schat a buscar la voluntad de Dios, a pedir Su ayuda, a aprender de Sus caminos
y a dejar sus propios caminos. Ella describe su proceso de pensamiento y, en un
estilo de conversación fácil mezclado con un toque de humor, comparte los
momentos, pensamientos y experiencias que la llevaron a una realización más
asombrosa frente a la adversidad.
Descubrió que la semilla
de fe que el Creador le plantó al nacer podía crecer fácilmente en la tierra
sana de un corazón humilde. Al cultivar espiritualmente esa semilla con la
oración que da vida y el brillo del hijo , su pequeña plántula se convirtió en un
árbol de fe magníficamente fuerte y fructífero, profundamente arraigado y
estable. Entonces supo, que viviendo con Cristo, todo es posible.
En El árbol de la fe , los
lectores descubrirán el antiguo secreto para eliminar el miedo, la culpa y la
vergüenza; la forma personal en que Dios responde a las preguntas; fuerza a
través de la adversidad y el poder de dejar ir; la clave única para cambiar la
vida; y la fe creciente que mira más allá de lo imposible. En el camino, se
invita a los lectores a participar a través de las preguntas de los capítulos.
Schat comparte lo bueno y
lo malo de su viaje de fe, con historias personales y una gran sabiduría
recopilada durante décadas que pueden dar a los lectores la esperanza de que
Dios escuche sus oraciones.
"¡Ahora es el momento
de mirar hacia la Luz, renovar su fe y esperar que Dios responda a sus
oraciones!" Dijo Schat.
La autora Christine Schat
se graduó de UCLA y fue propietaria de Fort Bragg Bakery. Le encanta sonreír,
reír y compartir sus historias. Actualmente vive en el sur de California, pero
le encanta viajar por el país visitando a familiares y amigos. Le gustan
especialmente sus nietos y ha sido apodada Gram-cracker. Pero su mayor gozo es
experimentar las oraciones contestadas de Dios.
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