Viajamos hasta la casa del presentador y alpinista Jesús Calleja en León para conversar sobre su incansable búsqueda de la felicidad y como salvar el mundo.
POR Ana Arjona -
Vanity Fair
Calleja descansa del rodaje de la octava temporada de
Planeta Calleja, un show en el que ha guiado a invitados como el presidente del
Gobierno Pedro Sánchez, la presidenta del Banco Santander Ana Patricia Botín o
el epidemiólogo Fernando Simón a superar desafíos en los entornos mas salvajes
del mundo. Al entrar en su hogar, una casa que recuerda a un paisaje montañoso,
me advierte: “Si tienes dudas de estar contagiada de COVID-19, tengo una máquina
para hacer pruebas”. Ante mi negativa, se sienta en un sofá́ de su salón y se
levanta rápidamente para colocarme una silla a una distancia prudencial. “Si
notas frío es porque tengo todas las ventanas abiertas. Perdona que sea tan
estricto, pero este virus no lo pienso coger”, me dice.
El aventurero que alcanzó la cima del Everest con 40 años,
y la ayuda de solo un sherpa y una botella de oxígeno, tiene las cosas claras.
Desde cómo quería lucir en la sesión fotográfica hasta cómo dirigir su vida en
torno a su mayor pasión: viajar. “Uno tiene la capacidad de decidir como quiere
vivir. No vengo de una familia rica, no tengo una carrera... Pero, con buenas
decisiones y sin temor a los cambios, he sabido vivir como he querido”, me dice
mientras me entrega su libro Si no te gusta tu vida, ¡cámbiala!, un mantra que
lo ha llevado a “sacrificar muchas cosas y ganar otras” hasta alcanzar su
felicidad.
“La montaña me ha gustado desde que tengo uso de razón. A
ver si terminamos esto ya y me voy al monte”, lanza entre risas. “La aventura
siempre ha estado en mi cabeza porque siempre he tenido la inquietud de saber
qué había más allá́. Cuando era pequeño, venía del colegio haciendo ruiditos
y actuando como si estuviera en el espacio”. Tal era su imaginación que su
madre lo llevó al psicólogo porque “pensaba que tenía un problema”. El
aventurero se crió en mitad de la naturaleza, en un molino en Fresno de la Vega
con su padre, Julián González (89 años) —que a raíz de la fama de su hijo se
hace llamar Julián Calleja—, su madre, María Jesús Calleja (79 años), y sus hermanos,
Julián (un año mayor que él y fallecido recientemente de cáncer) y Kike (de
53 años, aventurero y visita inesperada durante la producción). Jesús heredó
de sus progenitores el espíritu viajero.
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