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11 de febrero de 2019

Crisis aérea: estalla la guerra entre Air France y KLM


Air France se reúne en secreto en la embajada francesa en La Haya con los parlamentarios para explicarles que quiere controlarlo todo.
Según una filtración, en París pretenden convertir a KLM
en una segunda marca, en una especie de Iberia Express
Por Javier Calonge
KLM, la aerolínea holandesa, genera beneficios desde hace años. Su socia, más grande, Air France, no. Más bien se come lo que genera la holandesa y a veces ni siquiera le basta. Pese a que esta situación lleva años, en la sede de la holandesa ha habido contención del malestar. La prensa internacional nunca dejó de preguntar cómo se llevaba eso de ser la hermana pobre de una pareja y, encima, la que mejor funcionaba.
Pero ahora las cosas se han desbordado. El año pasado, tras un verano desastroso, Air France nombró un nuevo jefe, en la persona del director de operaciones de Air Canada, Ben Smith. Se había barajado la posibilidad de que un holandés pudiera coger el control del grupo pero ustedes ya saben lo que es el “chauvinismo” francés: un español puede estar al frente de British Airways, pero un holandés no parece que pueda llegar al frente de Air France.
Las aguas se calmaron y Smith asumió el control del grupo y de Air France. Hasta que este viernes habría decidido cesar a Pieter Elbers, porque al parecer no apoya con suficiente intensidad la gestión en París. Por ejemplo, París no quiere que las compras de aviones se negocien por separado, para disponer de poder ante los fabricantes. El contrato de Elbers acababa este mes de abril, por lo que se optaría por no extender su gestión más allá.
Un poco peor: todo está en la prensa. La batalla se ha convertido en un serial sobre el orgullo de cada país y eso, especialmente en Holanda, se ha publicado en las portadas.
Como se podría imaginar cualquiera, este es un problema porque el control pasa a la aerolínea que lleva años perdiendo dinero en detrimento de quienes han hecho los sacrificios en su momento y que, con responsabilidad, han venido manteniendo el grupo a flote. Las críticas en Amsterdam no se disimulan.
Para que vean cómo están las cosas, De Telegraaf, el periódico holandés, publica que Ben Smith, el jefe de Air France y del grupo, tuvo una cena secreta con miembros de parlamento holandés en la embajada francesa en La Haya para hablar del futuro de la aerolínea. ¿Por qué una compañía aérea se reúne en una embajada? Porque Air France sigue teniendo participación del Estado francés, que no vendió todas sus acciones sino que sigue en medio. Y ustedes ya se imaginan qué significa Air France para Francia (El CEO de Air France-KLM planea la fusión de ambas aerolíneas).
La creación del consorcio entre Air France y KLM, en 2004, contemplaba que la segunda aerolínea sería bastante independiente de la primera, pero eso era en 2004. Ahora, según una filtración, en París pretenden convertir a KLM en una segunda marca, en una especie de Iberia Express, si habláramos de España. La filtración ha atacado lo más profundo de los holandeses, sobre todo porque todo se ha hecho en secreto y cuando KLM sigue dando beneficios (Air France-KLM gana ocupación en agosto y sube un 3,3% en pasajeros).
Los medios de comunicación, sobre todo de Holanda, no van con vueltas: Francia no respeta lo acordado en 2004.
El acuerdo entre Air France y KLM es similar al que existe entre British Airways e Iberia o el que hay entre Lufthansa y sus socios Swiss o Austrian. En el caso español, se ha mantenido una notable independencia en la gestión, aunque sí hay compras de flota conjuntas. No se ha tocado la identidad, ni la marca, y las decisiones básicamente se toman en España. Pero es que British no está perdiendo dinero, ni Iberia estuvo hasta hace poco tan boyante como para presumir. En el caso holandés, en cambio, las cosas son muy diferentes.

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