Por Redacción
| Tecnología
Además de no
comprender muy bien cómo funcionan, también temen que sus decisiones no sean
justas o que les perjudiquen
IL3-UB · Postgrado de Business Data Analytics y
Marketing Intelligence
Impartido por
un equipo docente con experiencia tanto en el ámbito profesional como en el
formativo
Una de las
cuestiones que se han convertido en recurrentes en los últimos años es la
presencia de algoritmos. Los algoritmos están por todas partes. Son los que
deciden qué contenidos ves en Facebook pero también los que marcan qué anuncios
son servidos cuando se entra en una página o en otra. Estos son solo dos
ejemplos de las muchas cosas que hacen hoy en día los algoritmos y en las que
ellos tienen la última decisión.
Los
consumidores son cada vez más conscientes de que los algoritmos están en todas
partes y también de que tienen un impacto mayor en lo que hacen, perciben,
compran o creen. Los algoritmos impactan en las noticias que marcan la parrilla
informativa que consumen, pero también son los que les empujan a descubrir
nuevas cosas o a hacerse con aquel producto porque es lo que aparece
relacionado en la tienda online en la que están comprando. Esta presencia cada
vez más recurrente de los algoritmos y su cada vez mayor impacto están teniendo
además otro efecto: los consumidores los ven cada vez con peores ojos y están
cada vez más preocupados con lo que ocurre con las empresas que los emplean.
De hecho, de
los datos que aporta un análisis del Pew Research Center sobre algoritmos, su
presente, su futuro y su percepción, se pueden extraer unas cuantas
conclusiones sobre la visión que los consumidores tienen de ellos.
De entrada,
los consumidores no tienen nada claro cómo funcionan los algoritmos y qué
ocurre con ellos. Como explican en uno de los puntos del análisis, los
algoritmos y su funcionamiento les resulta muy confuso a los consumidores y los
conocimientos que tienen sobre lo que está ocurriendo en realidad con ellos son
muy limitados.
Uno de los
mejores ejemplos para comprenderlo es Facebook. Los consumidores no tienen nada
claro cómo funciona la parte "interna", por así llamarla, de la
plataforma. La mitad de los usuarios (el porcentaje crece si se va a una franja
de edad más elevada) reconoce que sabe cómo funciona Facebook. Un 74% reconoce
también que no sabía que Facebook tenía una lista de las cosas que le interesan
y de cómo son.
Nada de algoritmos para las cosas importantes
A eso se suma
que, aunque no entiendan cómo funciona todo esto, sí tienen claro que lo que
está pasando no les gusta. Los ciudadanos se muestran cautelosos ante la idea
de que los algoritmos tomen decisiones que impactan en la vida de las personas
fuera de la red. Un 68% aseguraba que consideraba inaceptable que se usasen
algoritmos para establecer las puntuaciones de crédito de los consumidores y un
67% señalaba lo mismo de los análisis automatizados de los vídeos de
entrevistas de trabajo. En general, los ciudadanos temen que los algoritmos
violen su privacidad y que no sean justos. Siguen pensando, además, que
probable que no tomen decisiones tan bien como un humano.
De hecho, y
como concluyen en el análisis del Pew, se podría decir que los ciudadanos solo
están cómodos con los algoritmos si se aplica un "depende" a la
ecuación. Para las cosas que consideran menos importantes, como la
recomendación de información en redes sociales y las cosas más banales (alguien
a quien conoces, un restaurante en tu zona, etc.), se sienten cómodos con el
trabajo del algoritmo.
La cuestionable justicia del algoritmo
Además, los
consumidores no solo creen que los algoritmos sean cuestionables por el papel
que tienen en decisiones cada vez más cruciales, sino también porque creen que
es imposible que no estén conectados con los humanos que los han creado. Es
decir, una importante cantidad de ciudadanos (el 58%, según los análisis del
Pew, realizados sobre una muestra estadounidense) considera que los algoritmos
reflejan los sesgos de sus creadores.
Los ciudadanos
no son los primeros en plantearse esta cuestión. Un estudio ya había estudiado
los algoritmos hace unos meses y había determinado que ellos también estaban
sesgados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario