Por Gregory Meyer
Nueva York.- Estados Unidos impuso sanciones a Petróleos de
Venezuela (PDVSA) esta semana. El Tesoro de los Estados Unidos prohibió a
personas y empresas estadounidenses realizar transacciones con la compañía
petrolera estatal venezolana, al tiempo que las propiedades de la compañía se
mantienen bloqueadas. El objetivo es limitar los ingresos de PDVSA para
presionar al presidente Nicolás Maduro, líder de Venezuela desde el 2013, a
quien Washington dejó de reconocer como presidente de esta nación.
¿Cómo afectarán las
sanciones al suministro de petróleo?
Es probable que las sanciones impliquen más una
interrupción en los flujos de crudo que una pérdida de suministro hacia los
mercados mundiales. La industria petrolera de Venezuela ha sido mal financiada
y mal administrada durante mucho tiempo. La producción fue ligeramente superior
a 1,1 millones de barriles por día en diciembre, según la OPEP, muy por debajo
de los 2,4 millones de barriles diarios que se reportaban a principios de la
década. Esto representa un poco más del
1 por ciento del suministro mundial de petróleo.
Las sanciones están dirigidas a bloquear el flujo de
alrededor de 500.000 barriles diarios de crudo venezolano hacia Estados Unidos,
impidiendo que las empresas o particulares estadounidenses hagan pagos a PDVSA.
Se espera que el resultado sea un reordenamiento de las
exportaciones de Venezuela. Los barriles rechazados por los compradores
estadounidenses probablemente hallarán nuevo destino en países como India y
China, así, las refinerías estadounidenses se verían obligadas a recurrir a
otros proveedores para remplazar el crudo de Venezuela. Los costos adicionales
de transporte y el superávit de petróleo de Venezuela que busca nuevos
compradores podrían contribuir a reducir las sumas que recibe el país. La
consultora Energy Aspects estima que entre 200.000 y 300.000 barriles diarios
de petróleo venezolano tendrán problema para encontrar compradores,
especialmente porque países que no son Estados Unidos están esperando la
respuesta de Europa. Sin embargo, es difícil conseguir que las sanciones
petroleras resulten totalmente herméticas, por lo tanto, una parte del petróleo
de Venezuela aún podría ingresar a Estados Unidos tras ser desviado a través de
otros intermediarios.
¿Cómo afectará esto
a las refinerías y a los combustibles refinados?
Cualquier refinería basada en Estados Unidos que compre
crudo venezolano debe depositar los pagos correspondientes en cuentas de
garantía que están fuera del alcance del gobierno de Maduro. Esto incluye a
Citgo, una subsidiaria de PDVSA con dos refinerías en Luisiana y Texas; y
también a otros compradores estadounidenses de petróleo venezolano como
Chevron, PBF Energy y Valero Energy. "Planeamos cumplir con las sanciones
y haremos una mejor optimización de nuestro suministro de crudo para minimizar
el impacto resultante", dice Valero.
Las previsibles fuentes alternativas de suministro
incluyen el crudo pesado mexicano tipo Maya y el crudo de las arenas
petrolíferas de Canadá. Pero la oferta de Maya es escasa y Canadá tiene una
capacidad limitada de envío de barriles hacia la costa del Golfo, advierte Paul
Horsnell, jefe de Investigación de Productos Básicos de Standard Chartered.
Como las refinerías estarán obligadas a pagar más por el
suministro de crudo pesado, podrían reducir sus tasas de operación, lo que
significará menores márgenes de ganancia, advierte la consultora JBC Energy.
Eso podría suponer una reducción en la producción de combustibles refinados
como el diésel y la gasolina, agotando las existencias récord de gasolina de
Estados Unidos.
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