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8 de septiembre de 2016

Pretensiones maléficas

RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com

La sociedad dominicana  está en la antesala de otra jornada de desazón.  La razón está en los peligros que rodean la elección de  nuevos miembros de la Junta Central Electoral. La administración  sana y equilibrada de los procesos electorales  es esencial para el funcionamiento de la democracia. De ahí la importancia de conformar con justeza esa institución.
Organizaciones políticas,  como representantes de la sociedad civil han reclamado al Senado la prudencia que requieren las circunstancias y sugirieron  el perfil, profesional y moral,  que han de  tener los aspirantes al puesto. Piden que sean personas probas, políticamente  independientes y  con hábitos de  declarar sus impuestos.
El magistrado   Jorge Subero Issa, quien ha sido presidente de la Suprema Corte de Justicia y también de la JCE,  sugirió que  para escoger a los integrantes de la Junta  el proceso    “debe ser fruto del consenso, más o menos como el que se logró en 1994”. Así se han expresado también congregaciones religiosas y gremios profesionales.
A estas peticiones, los  senadores del Partido de la Liberación Dominicana, que son mayoría, responden  recordando que es a ellos a quienes corresponde esa tarea.  La referencia despectiva a  monseñor Agripino Núñez,  refleja que los miembros del PLD  no asisten  gustosos al diálogo con la sociedad civil  que coordina el prelado.
Más de tres senadores  peledeístas han considerado innecesario sustituir a los miembros de la JCE, cuyo periodo expiró el  16 de agosto. Dos de ellos han emitido opiniones muy favorables  a la gestión del doctor Roberto Rosario, controversial pasado presidente de la Junta. Eso  puede ser   indicio de una intención  no grata.
El PLD ha demostrado que no cree en  la democracia, siempre se ha burlado de  ese sistema político y la ha llamado  despectivamente  “la mentada”.  El senador que preside  la comisión encargada de evaluar  a los aspirantes  a miembros de la JCE   ha sido el más espléndido con las alabanzas a Rosario. ¿Podrá Dionis Sánchez abordar con serenidad la elección?
Muchos abogados quisieran la oportunidad de formar parte del tribunal de elecciones.  Pero pocos  han  depositado sus currículos  para optar por el puesto.  Las señales emitidas por algunos senadores han bajado  los ánimos. La oposición ha advertido que podría haber problemas de gobernabilidad si se imponen  intereses  antidemocráticos.
Este pueblo  no soporta más intranquilidad. Quienes gobiernan pudieran mostrarse  más elásticos. Lo bueno de la democracia es la posibilidad de participación  amplia, porque la  democracia es tolerante, contrario al dicho de un  senador: “Eso no lo vamos a tolerar”. El reclamo es consenso,  para la escogencia de los jueces electorales.  Evitemos sinsabores.


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