Por CARLOS PEÑA
carlospena[@]gmail.com
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No dedicaré energías en defenderme de una extensa carta enviada por el director general de Impuestos Internos, el señor Magín Díaz, a don Bienvenido Álvarez Vega, director del periódico Hoy, y que a la vez fuera publicada como respuesta a uno de nuestros acostumbrados artículos en este importante medio, donde, resumiendo con mis palabras, me acusa de defender la iglesia.
Ante esa acusación, me declaro culpable. Sí, culpable de que una ley propuesta por mí establece el 31 de octubre como el día de las iglesias evangélicas. Sí, soy culpable de que en la Constitución dominicana se haya consagrado el derecho de los ministros de culto cristiano de oficiar matrimonio religioso con efectos civiles.
Sí, soy culpable de que por primera vez en nuestra historia republicana aparezca la Biblia en nuestra Carta Magna y abierta claramente en nuestro escudo de armas en el Evangelio de Juan 8:32 que dice “y conoceréis la verdad y la verdad nos hará libre”. Sí, soy culpable de que en el preámbulo de nuestra Constitución se haya incluido el concepto “Dios”. Sí, soy culpable de defender la iglesia.
Acepto la culpa por lo antes expuesto, ahora bien, el señor Magín Díaz fue parte protagónica del equipo que acompañó a Celso Marranzini durante los tres años más desastrosos que se recuerden en la administración de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales CDEEE, 2009-2012 y dudo que al igual que el autor de este escrito, el actual titular de la DGII se atreva a asumir su responsabilidad por ser parte de un equipo en cuya gestión el déficit del sector eléctrico pasó de prácticamente 700 millones de dólares a un monto aproximado de 1,500 millones de dólares al año.
La tarifa eléctrica fue incrementada en por lo menos un 30%. Los indicadores de gestión sufrieron grandes deterioros durante esos tres años. Fueron concedidos contratos por millones de dólares para gestionar zonas que hoy son objetos de grandes cuestionamientos. Y para coronar la administración Marranzini, sus colaboradores, entre ellos el señor Magín Díaz, fueron liquidados de CDEEE con sumas millonarias. Periódico Hoy
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