Por Rafael Torres
Si hay algo que me duele y al mismo tiempo me
intriga es por qué tantos dominicanos tienen al menos su país.
Por qué reniegan de él y llegan hasta el
extremo de maldecirlo. He tratado muchos nacionales de distintos países y no he
notado en ellos una actitud parecida.
Hablan con orgullo de sus costumbres, su historia,
su comida, en fin, quieren, añoran lo suyo y quieren volver a su país de paseo
si están bien establecidos aquí. Y lo hacen y lo disfrutan.
En cambio hay nacidos aquí que se sienten
avergonzados de ser dominicanos. Y así lo pregonan a los cuatro vientos. Y si
por casualidad han obtenido la ciudadanía norteamericana ahí es que se paran
las aguas. ¡Se creen gringos! Y dicen tener los mismos derechos de los Kennedy,
los Clinton y los Rockefeller.
El galloloquismo llega a su máxima expresión
en esos cerebros descontrolados. En verdad no entiendo a esos "ciudadanos".
Tengo que releer al Dr. Antonio Zaglul, de
quien muchos de esos "civilizados ciudadanos" no conocen ni un
carajo.
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