Rafael Torres
Acepto convencido que hay males en nuestro
país que requieren de tiempo y cuantiosos recursos para su solución; la energía
eléctrica por ejemplo, pero se trabaja en ello.
En tiempo récord han sido construidas
modernas autopistas, elevados, túneles, puentes, escuelas, y hasta un metro de
Santo Domingo.
Todo el país cuenta con diversas obras que
enumerarlas todas tomaría tiempo y espacio que no hay.
Pero me jode que problemas de fácil solución,
que hacen difícil la vida diaria y que son una vergüenza, no sean enfrentados y
solucionados.
Señalo algunos: El desorden en el tránsito
vehicular, la ocupación de aceras por buhoneros y otros, carritos de
fritureros, otros ocupando áreas públicas de parqueo así como letreros de
negocios colocados en ellos, falta de alumbrado en parques y calles, ruidos de
vehículos con música a todas horas, guaguas y camionetas vendedoras de cuantas
vainas hayan.
La Romana, ciudad importante del país, “La
Flor del Este”, donde nací, crecí, envejezco y moriré es un desorden.
Me duele y me molesta porque aquí vivo.
Y más me duele que me miren mal porque
reclamo que sean corregidos estos males de tan fácil solución; porque QUIERO
VIVIR EN UNA CIUDAD ORDENADA.
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