3 de noviembre de 2017

Lo que la neurociencia dice sobre cómo las redes sociales afectan a nuestro cerebro

Las redes sociales se han hecho cada vez más y más populares y han empezado a afectar a cada vez a más elementos de nuestra vida cotidiana. Por ello, cada vez son más y más variados los estudios que analizan cómo sus efectos están cambiando nuestro día a día, nuestra percepción del mundo o nuestro bienestar psicológico.
Por supuesto, todas estas alteraciones tienen un eco en cómo nos relacionamos con los demás y en cómo nos relacionamos con las marcas. Que Facebook que estemos más tristes o más contentos no es solo una de esas cosas que sirven para un par de artículos en la sección de bienestar de una revista, sino que puede tener un impacto mucho más complejo. Para las marcas y las empresas, puede ser la razón para obligarles a cambiar por completo su estrategia.
Y, por ello, estudiar el impacto que tienen las redes sociales es muy importante y decisivo, ya que es lo que permite comprender cómo están cambiando las cosas. Una de las áreas de estudio es la de la neurociencia, que en los últimos tiempos ha investigado cómo las redes sociales están afectando a nuestro cerebro.
El efecto me gusta
Un estudio realizado en la UCLA analizó cómo impactaba la actividad que se genera en las redes sociales en la actividad cerebral y descubrió que hay un vínculo entre lo que ocurre en un escenario y en otro. Se suele decir que en las redes sociales hay un cierto egocentrismo y que publicamos lo que queremos que vean los demás, pero lo cierto es que no es simplemente una cuestión de ego sino también de impacto en nuestro cerebro y su actividad. Como demostraron los analistas estudiando qué ocurría en el cerebro de los adolescentes cuando se enfrentaban a las redes sociales, lo que ocurre allí puede activar nuestra sensación de recompensa. Cuando los sujetos de estudio veían que sus fotos lograban muchos me gusta en Instagram, se activaba la parte del cerebro asociada a la recompensa.

Igualmente, los investigadores también determinaron que se generaba un efecto de presión de grupo. Las fotos que tenían menos me gusta eran las que eran recibidas de forma menos positiva.

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