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19 de octubre de 2016

Cosplayer. Bajo la piel de la fantasía

Ella es Rosa, pero también 'Robin', 'La Mujer Maravilla', 'Thor'... Su misión es traer a la vida real esos personajes de ficción
En lugar de saco, pantalón y blusa formal, Rosa Flores se pinta el cuerpo, se pone un corset, se enfunda una capa y se acomoda una peluca. Sólo entonces, después de más de una hora de caracterización, esta joven sale a trabajar. Y su trabajo es dar vida a la fantasía. Rosa es cosplayer. Su oficio consiste en encarnar personajes que, sin estos jóvenes, sólo existirían en la ficción.
Nacido en Japón durante los años 70, el cosplay, la actividad de disfrazarse de personajes de ficción, y los cosplayer, como se conoce a quienes realizan este oficio, han tomado popularidad en México y cada vez gana más adeptos.
La palabra cosplay surge de la unión de los términos en inglés costume play, que se traduce como “juego de disfraces”. Y eso es para Rosa este trabajo, algo que empezó como un divertido juego y ahora es su forma de vida.
Sin importar si su traje es la versión femenina de Robin, si está vestida de Harley Quinn o en su papel de la Mujer Maravilla, Rosa pone la misma entrega en cada uno de sus personajes. En siete años de experiencia esta chica ha acumulado más de 70 cosplay, casi 300 trajes confeccionados para otras personas, decenas de convenciones y viajes por toda la República.
Nace una cosplayer

La primera vez que fue a una convención y vio a las chicas con sus increíbles trajes no pensó de inmediato que se convertiría en una de ellas. Se animó a recrear su primer personaje cuando su novio la invitó a una de esas convenciones y le propuso que se disfrazaran. “Él me buscó un personaje que se pareciera a mí tanto físicamente como en la personalidad, me dio la idea de ser Kuea, del anime Erementar Gerad, y el vestuario era bastante sencillo”. Con apenas 15 años y cero experiencias en el mundo del cosplay, Rosa puso manos a la obra.

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