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27 de octubre de 2016

Ay, si no fuera por eso…

Voces y ecos:
RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperalta@gmail.com
El exabrupto  con el cual el presidente Danilo Medina respondió las acusaciones de corrupción lanzadas por el embajador estadounidense, James Brewster, podría adquirir el carácter de “patriótico” que le han atribuido unos comentaristas, si el mandatario  hiciese lo procedente para que los implicados en  el soborno en la compra de los aviones  Súper Tucano paguen por la falta cometida.
El diplomático denunció que República Dominicana es un puente para el paso de la droga a su país y se refirió a otros casos de corrupción. Sin que los periodistas le preguntaran, Medina se acercó a éstos para hablar. Lo más elemental de su retórica fue exigir a Brewster pruebas de lo que hablaba. Mientras tanto, los  gobiernistas respondían con mofas por la preferencia sexual del embajador.
En 2008, la Empresa Brasileña Aeronáutica vendió al Estado dominicano ocho aviones Súper Tucano, que servirían  para el control del narcotráfico.  Esa empresa acaba de admitir que sobornó a congresistas y militares  para que se  ejecutara la compra, en franco perjuicio para las finanzas públicas. Más de 3.5 millones dólares habrían circulado entre los involucrados.
El procurador general dispone de un informe confidencial, suministrado por autoridades  de los Estados Unidos, en el que se identifica a los autores del cohecho. El rumor público menciona al menos a tres senadores como decisivos para  la aprobación de la compra. Se dice que la propuesta fue llevada al comité político del  PLD (partido de gobierno)  para apurar la decisión.
Hay un reclamo de la sociedad, a través de sus instituciones, el caso quede  resuelto y  haya sanción para los responsables. El Presidente quería pruebas y parece que las está recibiendo. Muchos -entre ellos el arzobispo Francisco Ozoria- ven en este caso una buena oportunidad para que el gobierno de Medina fije una orientación respecto de la corrupción. Acciones más que palabras, se reclama.
Cuatro personas han sido detenidas: dos militares y dos empresarios. Pero no parece que sean los únicos responsables del soborno. El procurador, Jean-Allan Rodríguez, quien se adelanta a declarar que no quiere presiones,   podrá ignorar lo que se habla del caso, pero en círculos de gente bien informada se comenta hasta la suma en dólares  que recibió cada cual. Mejor que se quede con las pruebas dadas por el FBI.

Si no fuera porque en República Dominicana “na es na” (todo pasa y todo queda –dijo el poeta)  de ese caso se derivarían  sucesos estremecedores que arrastrarían: renuncias, destituciones, condenas, vergüenzas…pero qué va. Si no fuera porque aquí las instituciones son tan endebles,  el caso Tucano sacudiría los cimientos del gobierno. Ay, si no fuera por eso.

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