El informe
más reciente de Kaspersky “El estado del Stalkerware 2023” revela que 52% de
los latinoamericanos fue víctima de acoso o sospecha que habían sido acosados a
través de alguna herramienta digital como aplicaciones espía para el teléfono
móvil o la laptop, dispositivos domésticos inteligentes y dispositivos de
rastreo. El stalkerware se destaca como el software más usado con fines de
acoso digital con 24% de los encuestados afectados por esta tecnología.
El
stalkerware es un software malicioso disponible comercialmente en las tiendas
de aplicaciones móviles bajo la apariencia de apps de control parental o de
gestión de empleados, y para ser instalado, requiere acceso físico al teléfono
de la persona. Dependiendo del software utilizado, se puede monitorear desde la
ubicación del dispositivo, mensajes de texto, chats en redes sociales, fotos,
historial de navegación, o inclusive, tener acceso a la cámara y micrófono del
smartphone. Dado que esta herramienta funciona en segundo plano, los afectados
ignoran por completo de que toda su actividad digital está siendo monitoreada
por el perpetrador, representando una amenaza invisible para sus víctimas.
El estado
del stalkerware es un informe anual de Kaspersky cuyo objetivo es crear
conciencia y lograr una mejor comprensión de cómo las personas en todo el mundo
son afectadas por el acoso digital. Los hallazgos de 2023 revelan un aumento
interanual de casi el seis por ciento (5.8%) en el número global de personas
afectadas en comparación con 2022. Las cifras invierten la tendencia a la baja
de 2021, lo que confirma que el acoso digital sigue siendo un problema global.
Brasil y México se encuentran en el top 10 mundial de países más afectados por
estas herramientas.
El estudio
también revela que 52% de los latinoamericanos asegura haber sido víctima de
acoso o sospecha haber sido acosado a través de alguna herramienta digital; de
ellos 44% de los hombres y 45% mujeres. La principal herramienta de acoso
digital es el stalkerware afectando a 20% de los latinoamericanos, con un 20%
de hombres y 19% de mujeres.
En América
Latina, 9% de los consultados respondió que “alguna vez” han instalado alguna
aplicación o han realizado alguna configuración en el dispositivo de su pareja;
10% de los hombres reconoció haberlo hecho y 7% de las mujeres aceptó incurrir
en esta práctica. Además, 6% de los encuestados admitió que presionaron a sus
compañeros para instalar una app de espionaje en sus teléfonos móviles, de
ellos 6% son hombres y 5% mujeres.
El 62% de
los latinoamericanos desaprueba la idea de monitorear a su pareja sin que ésta
se dé cuenta, lo que refleja un sentimiento predominante en contra de tal
comportamiento, 63% de los hombres comparten esta idea contra 61% de las
mujeres. El otro 38% lo justifica en distintos escenarios: cuando está
relacionado con un tema de seguridad, si existe la sospecha de una infidelidad
o bien, si se cree que la persona podría estar involucrada en alguna actividad
criminal.
Por el
contrario, el 24% de los latinoamericanos apoya la total transparencia en las
relaciones y considera apropiado el control consensuado; 24% de los hombres
respondió en este sentido contra 23% de las mujeres, mientras que el 9% lo
considera aceptable sólo cuando se llega a un acuerdo mutuo.
Otra cifra
reveladora es que 27% de los latinoamericanos dijo que le preocupa que su
pareja viole su privacidad digital pidiéndole acceso total a su teléfono móvil,
ya sea de forma física o remota. Las mujeres muestran mayor preocupación con un
28% en comparación con 25% de los hombres.
Algunas
otras herramientas digitales empleadas para ejercer acoso digital son: acceso a
la cámara web, dispositivos de rastreo, aplicaciones para laptop, a través de
dispositivos domésticos inteligentes y dispositivos de monitoreo de salud.
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