No tienen la atención que les dedicamos al corazón o a los pulmones, y probablemente muchos desconozcan de qué se encargan, pero los riñones cumplen funciones vitales. El problema es que sufren en silencio y cuando dan síntomas, ya es tarde. Hoy te cuento cómo llegar antes.
POR FLORENCIA
CUNZOLO Buena Vida Clarin
Argentina.- Seguramente alguna vez usaste la frase "me va a costar un riñón" para hacer referencia a un gasto o inversión fuerte. Es decir, aunque les prestemos poca atención, tenemos conciencia de que son fundamentales.
Los
riñones se encargan, entre otras cosas, de filtrar sustancias tóxicas generadas
por el metabolismo y eliminarlas a través de la orina. Cuando no funcionan
bien, esas toxinas se acumulan en la sangre.
A medida
que envejecemos, es normal que la función renal vaya disminuyendo lentamente.
Pero hay factores que aceleran esa pérdida de la función, principalmente la
hipertensión. Es que, a los riñones la presión arterial alta les cuesta caro.
También la
diabetes. Y la obesidad y el sobrepeso. Y si se presentan todas juntas, ese
costo se dispara. Y no es infrecuente que eso ocurra, porque son todas
"epidemias" relacionadas. Fumar y el consumo frecuente de
antiinflamatorios y analgésicos tampoco le son gratuitos, al contrario.
En
Argentina, la enfermedad renal alcanza al 12,7% de la población adulta, igual
que la diabetes. Son casi 5 millones de personas. El problema es que solo una
de cada 10 sabe que vive con la enfermedad que, mientras tanto, avanza en
silencio.
Y los
riñones no avisan hasta que ya es tarde. ¿Sabías que una persona puede perder
entre el 80% y 90% de su función renal sin experimentar ningún síntoma?
La semana
pasada fue el Día Mundial del Riñón. En ese marco, los especialistas volvieron
a hacer hincapié en la importancia de monitorearlo para tomar medidas antes de
que el costo sea demasiado alto (diálisis o trasplante).
¿Cómo? La
enfermedad renal crónica (ERC) es una de las más fáciles de diagnosticar. Solo
se necesitan dos análisis sencillos y baratos. Con uno de sangre se puede
detectar a través de la medición de la creatinina, lo que ayuda a evaluar la
eficacia del filtrado renal. Y con un examen de orina se puede medir la
presencia de proteínas (albúmina), que es un marcador de daño de los riñones.
Los
especialistas explican que, además, esas pruebas se pueden realizar en el mismo
control de rutina en el que se miden la glucosa o el colesterol. E insisten en
que cada vez que a una persona se le indica un estudio de laboratorio de rutina
"hay que pedirle creatinina": no hacerlo es una oportunidad perdida.
¿Quiénes?
Las personas que sí o sí deberían realizarse al menos un control anual para
evaluar su función renal son quienes presentan uno o más factores de riesgo:
hipertensión, diabetes, obesidad o ser mayor de 50 años (no obstante, puede
aparecer en cualquier momento de la vida). En la infancia, deben ser
controlados quienes tengan alguna enfermedad renal congénita, hayan tenido
síndrome urémico hemolítico o padezcan infecciones urinarias frecuentes.
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