Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).
Delegado del FEPU de los centros UASD Región Este
Delegado del FEPU de los centros UASD Región Este
Un ser malvado, perverso, megalómano, mentiroso, embustero
compulsivo, ruin, manipulador y maledicente.
José Spencer Rondón |
San Pedro de Macorís.- La historia de la UASD. Nuestra UASD, es
bella, hermosa, llena de epopeyas patrióticas y aportes históricos. La sangre
de sus mártires y el heroísmo de sus figuras más preclaras hablan por sí solo.
Sin embargo, en su estructura han penetrados fieras dañinas. Gente que le
importa un bledo el aporte y el significado de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo.
Gente que nunca han luchado por ella. Esas lacras y alimañas y por demás, inescrupulosos, chantajistas,
oportunistas y arribistas, acostumbrado
a cambiar de chaqueta según el soplo de
los vientos y la garantía de sus
privilegios, ven la institución académica
como un medio para lograr acumular riquezas, capital y poder a costa de su
bien ganada imagen histórica.
Todos esos atributos conquistados en lucha abierta en las calles, junto
al pueblo, son pisoteados por vulgares sabandijas infiltrados en su tejido
social y nómina laboral. Son los que
traicionan a todo el mundo; violan
sus estatutos, normas, tradiciones, reglamentos, y principios éticos y morales a sabiendas que nunca serán
sancionados en razón de que cuentan con
el apoyo del clientelismo político y
vergonzantes acuerdos electorales soterrados, y la actitud de resignación de los
conservadores que no se meten en nada
mostrándose indiferentes con su pose habitual de
dejar pasar y dejar hacer,
mientras ven como ruidoso,
desfasado y necio a todo aquel que
reclama sus justos derechos y defiende
los valores de la academia.
El caso del centro de UASD de
San Pedro de Macorís es un ejemplo patético y
dramático de lo arriba expuesto. En la pasada gestión de José Flete
Morrillo (luciferino, sórdido,
paranoico deprimente, ruin, manipulador y maledicente), y su despiadado
asistente administrativo José Spencer Rondón (un ser malvado, perverso, megalómano, mentiroso, embustero compulsivo,
y también ruin, manipulador y
maledicente), los cuales
cometieron toda clase de barbaridades, atropellos y violaciones a los
estatutos, reglamentos y principios de
la institución académica, así como a la dignidad de la condición humana de sus subalternos durante los cuatros años y
seis meses que estuvieron dirigiendo el centro.
Cometieron sus tropelías sin el más mínimo ápice de estremecimiento de conciencia.
Barnizaban sus abyectas e inmundicias
acciones con un ropaje de burlas, risas y carcajadas esquizofrénicas. En sus
actuaciones se asemejaban a Nerón, Hitler, Mussolini, Duvalier y Trujillo. Y
esto es mucho decir. Deduzcan ustedes su talante. Se volvieron "locos" y
"envalentonaron" en sus funciones ejecutivas. El poder puso al
desnudo su autenticidad bestial de odiar
y desprecian todo lo que se parezca a lo
humano. Tras ser desplazados de sus cargos dirán todo lo contrario; fingirán, simularán para engañar, pero su
legado de maldad y atrocidades lo perseguirá de por vida, y por demás, no cambiaran, pues esa es su naturaleza
personal, cultural y psico-social.
Estos dos personajes se
convirtieron en dos mugres detestables.
Protagonistas del odio y la discordia
más soez que se pueda conocer; de manera
atroz propiciaron toda clase de vejámenes, abusos y
agresiones psicológicas abominables a la condición humana contra el personal
docente y administrativo del centro UASD-SPM, sin el más mínimo remordimiento y
escrúpulo moral alguno. Solo los afectados saben de la dimensión de su daño
moral, emocional y psicológico.
Estos señores aplicaron acciones espantosas y horribles propias de un
ambiente de terror, donde incluso se le prohibía a los empleados socializar con
aquellos que los jefes sospechaban eran críticos de sus inconductas. Actuaban a
sus anchas protegidos por el Poder de turno.
Ambos conformaron un dúo execrable, despiadado, implacable, dañino y terrorífico bestial. Sus actuaciones
tiránicas no han recibidos ninguna sanción. Toda gira en promesas; promesas que
son secuestradas por unos conciliábulos de apañamiento venal, cobarde y
cómplice. Sus delitos hoy disfrutan de impunidad y protección por sus
símiles situados en instancias
del nuevo Poder con cuyo encubrimiento
traicionan la confianza puesta en sus cargos por la rectora Emma Polanco y el
Claustro Universitario.
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