José Gómez Cerda
Estoy escribiendo un
libro digital sobre Tomas Moro, que espero publicar próximamente, quiero compartir con admiradores de uno de los políticos y
gobernantes más importantes del humanismo cristiano; TOMAS MORO.
Tomas Moro nació en
Londres el 7 de febrero de 1478 en el seno de una respetable familia. Y fue
decapitado por orden del Rey Enrique VIII, en la misma ciudad, el 6 de julio de
1535.
Estudió leyes en Oxford
y Londres, y se interesó por amplios sectores de la cultura, de la teología y
de la literatura clásica.
Buen conocedor del
latín y del griego, fue amigo de otro humanista
de la cultura renacentista, como Erasmo de Rotterdam, quien escribió en
casa de Moro su famoso "Elogio de la locura". Está considerado uno de
los fundadores de la ciencia jurídica,
la ley común (common law), inglesa.
En 1505 se casó con
Juana Colt, de la cual tuvo tres hijas y un hijo, todos recibieron la misma
educación, algo revolucionario para las costumbres de la época. Tras la muerte
de Juana en 1511, se casó en segundas nupcias con Alicia Middleton, viuda con una
hija.
Fue miembro del
Parlamento a los 27 años y a los 41 años comenzó a trabajar al servicio directo
del Rey, alcanzando un enorme prestigio en Inglaterra y en toda Europa.
Es también célebre por
su labor intelectual, cuyo fruto más conocido es su obra “Utopía”, obras que deben
interesar a todos los políticos.
Se convirtió en un
abogado de fama. Enrique VIII lo nombró también representante de la Corona en
la capital, abriéndole así una brillante carrera en la administración pública.
En 1523 llegó a ser presidente de la Cámara de los Comunes. En 1529, en un
momento de crisis política y económica del país, el rey le nombró Canciller del
Reino. Fue el primer laico en ocupar este cargo.
El 16 de mayo de 1532
presentó su dimisión, pues no quiso dar su apoyo al proyecto de Enrique VIII
que quería asumir el control sobre la Iglesia en Inglaterra.
Se retiró de la vida
pública aceptando sufrir con su familia la pobreza y el abandono de muchos
falsos amigos. Negaba la competencia del Parlamento para declarar que Enrique
VIII era el jefe de la Iglesia de Inglaterra o que su matrimonio con Catalina
de Aragón era inválido.
Dos años después, el
rey, al constatar su gran firmeza para rechazar componendas contra su propia
conciencia, lo hizo encarcelar en la Torre de Londres.
Durante quince meses de prisión fue sometido a
diversas formas de presión psicológica, pero no se dejó vencer y rechazó
prestar el juramento que se le pedía, porque ello hubiera supuesto la
aceptación de una situación política y eclesiástica que preparaba el terreno al
despotismo del rey Enrique VIII.
Durante su prisión
escribió su libro sobre la pasión de Cristo. Al final del proceso, cuando ya
estaba dictada la sentencia, pronunció una célebre apología de las propias
convicciones sobre la indisolubilidad del matrimonio, el respeto del patrimonio
jurídico inspirado en los valores cristianos y la libertad de la Iglesia ante
el Estado.
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