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27 de noviembre de 2016

De esto no se habla… pero a todos nos pasó

Hay funciones del cuerpo  que pueden causar vergüenza o temor. Descubrí qué le ocurre al tuyo con el paso de los años y lo que podés hacer al respecto.
Publicado por Julie Stewart, extraído de AARP the magazine
1. ¿Por qué estoy con ‘goteras’?
A todos nos encanta reír, pero ¿y si un buen chiste hace que sueltes un chorrito? La incontinencia urinaria por estrés es muy común, dice el doctor Alan Wein, director de urología de la Facultad de Medicina Perelman en la Universidad de Pensilvania. “Por ello, la gente puede tener una fuga de orín al reír, toser o estornudar”.

Culpá al envejecimiento corporal. “Se deterioran los nervios y las estructuras que mantienen las cosas en su sitio y evitan que la uretra se mueva demasiado cuando uno ríe, tose o estornuda”, explica Wein. “El desgarro de los músculos pélvicos al dar a luz aumenta el riesgo en las mujeres, mientras que la cirugía de próstata lo eleva en los hombres”.

Una buena solución es ir al baño más seguido. Así escapará menos orina de la vejiga. Además, aprendé a contraer los músculos pélvicos a fin de controlar el flujo de orina. Realizá 10 contracciones, una por segundo, 10 veces al día para fortalecer los músculos del esfínter urinario. Y cuando tosas o estornudes, apretá el abdomen.

2. ¿Cuál es la causa de mi mal aliento?
El mal aliento se incuba principalmente en la parte posterior de la lengua, señala Patricia Lenton, directora de la Clínica de Investigación sobre Salud Bucal de la Universidad de Minnesota. La lengua es como una alfombra lanuda, y las bacterias se esconden entre los mechones. Además, con los años tomamos más medicamentos; muchas de ellos resecan la boca, lo que exacerba el mal aliento.

Una posible solución es limpiarte la lengua con un raspador de bordes lisos, dice Lenton. “Empezá lo más atrás que puedas”. Los estudios indican que lo mejor para eliminar las bacterias que causan el mal aliento es usar un enjuague bucal que contenga cinc y cloruro de cetilpiridinio. Cuando la boca tiene un pH alcalino, se liberan compuestos azufrados volátiles. Al comer, la boca se acidifica y disminuye el mal olor, añade Lenton.

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