Solo Salud
Dr. Herman Pilier Báez
Los talcos todos los hemos usados alguna
vez, ya sea porque nos los aplicaron en la niñez o durante la adustez lo usamos
conscientemente.
Lo cierto es que su uso es rutinario y
hasta doctrinario. Su uso nos llega de generación en generación.
El talco es usado para reducir los
salpullidos y la irritación por el pañal. Muchas madres lo usan
preventivamente. También las mujeres han sido inducidas por las publicidades
para usar este producto. Ellas lo usan para prevenir y tratar los olores
genitales.
El uso continuo tanto en adulto como en
niños puede ocasionar una irritación aguda o crónica pulmonar que se conoce con
el nombre de Talcosis. Naturalmente, este riesgo se evitaría si en vez de talco
utilizamos maicena.
En él área genital también produce
serios problemas, ya que la revista the Lancet advirtió del peligro
de la aparición del Cáncer de ovarios en pacientes que utilizan talcos rutinariamente.
Esta fue confirmada por una publicación en la prestigiosa revista de
Ginecología y obstetricia, la cual puntualizaba que los riesgos de Cáncer de
Ovario aumentan tres (3) veces las posibilidades cuando se aplica talco en la
vulva.
Después de estos artículos por lo menos
decenas de otros similares fueron publicados en revistas médicas de alto
prestigio, tales como: the Lancet, Cáncer y Oncology.
El punto crítico
aconteció cuando en 2003 la revista Anti cáncer Researh publicó una
revisión a gran escala de 16 estudios previos publicados que involucraban a 11,
933 mujeres. Se reporta un aumento de 33 por ciento en el riesgo de Cáncer de
Ovario en aquellas que usaban talco.
Unas 16 mil mujeres fallecen cada año
por esta causa, lo que lo coloca en el cuarto lugar de los Cáncer que producen
la muerte en la mujer anualmente.
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