Hay funciones del cuerpo que pueden causar
vergüenza o temor. Descubrí qué le ocurre al tuyo con el paso de los años y lo
que podés hacer al respecto.
Publicado
por Julie Stewart, extraído de AARP the magazine
1. ¿Por qué estoy con ‘goteras’?
A todos nos encanta reír, pero ¿y si un buen chiste
hace que sueltes un chorrito? La incontinencia urinaria por estrés es muy
común, dice el doctor Alan Wein, director de urología de la Facultad de
Medicina Perelman en la Universidad de Pensilvania. “Por ello, la gente puede
tener una fuga de orín al reír, toser o estornudar”.
Culpá al envejecimiento corporal. “Se deterioran los
nervios y las estructuras que mantienen las cosas en su sitio y evitan que la
uretra se mueva demasiado cuando uno ríe, tose o estornuda”, explica Wein. “El
desgarro de los músculos pélvicos al dar a luz aumenta el riesgo en las
mujeres, mientras que la cirugía de próstata lo eleva en los hombres”.
Una buena solución es ir al baño más seguido. Así
escapará menos orina de la vejiga. Además, aprendé a contraer los músculos
pélvicos a fin de controlar el flujo de orina. Realizá 10 contracciones, una
por segundo, 10 veces al día para fortalecer los músculos del esfínter
urinario. Y cuando tosas o estornudes, apretá el abdomen.
2. ¿Cuál es la causa de mi mal aliento?
El mal aliento se incuba principalmente en la parte
posterior de la lengua, señala Patricia Lenton, directora de la Clínica de
Investigación sobre Salud Bucal de la Universidad de Minnesota. La lengua es
como una alfombra lanuda, y las bacterias se esconden entre los mechones.
Además, con los años tomamos más medicamentos; muchas de ellos resecan la boca,
lo que exacerba el mal aliento.
Una posible solución es limpiarte la lengua con un
raspador de bordes lisos, dice Lenton. “Empezá lo más atrás que puedas”. Los
estudios indican que lo mejor para eliminar las bacterias que causan el mal
aliento es usar un enjuague bucal que contenga cinc y cloruro de
cetilpiridinio. Cuando la boca tiene un pH alcalino, se liberan compuestos
azufrados volátiles. Al comer, la boca se acidifica y disminuye el mal olor,
añade Lenton.
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