8 de octubre de 2020

Recuperar confianza y otros seis desafíos para la nueva Junta

 Yanessi Espinal  | El Caribe


Credibilidad de la JCE es problema de nunca acabar y los partidos, líderes políticos, y entidades sociales definen perfiles para mejorar.

Partidos, líderes y entidades sociales buscan perfiles que puedan generar credibilidad al desacreditado órgano

La Comisión Especial del Senado avanza en el proceso de selección de los nuevos miembros de la Junta Central Electoral (JCE). La nueva administración del órgano electoral y del registro civil para el cuatrienio 2020-2024 tendrá importantes retos. El primero es el mismo de siempre, la credibilidad y confianza de la población en el organismo electoral, que en esta ocasión se vio profundamente afectada por la suspensión de las elecciones del 16 de febrero por un fallo en el sistema del voto automatizado que implementó la JCE.

Los nuevos responsables del órgano también tienen el desafío de aplicar con mayor alcance los mecanismos legales que otorga la Ley de Partidos y Electoral, especialmente evitar el uso de los recursos del Estado en las campañas electorales y la inequidad en la competencia. En materia electoral, es necesario buscar soluciones a temas pendientes como el conteo de los votos y la transmisión sin traumas, la composición de juntas electorales con miembros más eficientes, pues fungen como tribunales de primera instancia en materia electoral. La JCE también debe tomar un papel más activo en la promoción de los debates electorales sugeridos en la Ley 15/19.

En cuanto al registro civil, las nuevas autoridades tendrán que revisar la eficiencia y modernización del proceso. A continuación los retos de la JCE para el cuatrienio 2020-2024.

1 Ganar confianza y credibilidad. La JCE llegó a las elecciones municipales con la credibilidad mermada por lo traumática que resultaron las primarias abiertas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la inobservancia de los miembros de la JCE en aspectos neurálgicos para generar credibilidad como negarse a practicar las auditorías requeridas al sistema de votación, iniciar la transmisión de los resultados con las filas repletas de votantes y permitir que se votara hasta altas horas de la madrugada. Esos hechos y el comportamiento posterior de los miembros de la JCE, dieron fuerza a las denuncias de fraude que hizo el expresidente Leonel Fernández. El informe de la OEA sobre el fallo del voto automatizado señaló que se debió a una mala gestión del órgano electoral.

Adicionalmente, la JCE fue criticada por no accionar ante los delitos electorales durante la campaña presidencial como la compra de cédulas y la permanencia en los cargos de candidatos como la candidata vicepresidencial del PLD, Margarita Cedeño, quien desempeñaba las funciones de coordinadora del gabinete de política social del pasado gobierno. La funcionaria renunció tres semanas antes de las elecciones. En su informe final de observación, la OEA fue crítica con la JCE “por la falta de acción” ante los delitos electorales. El artículo 69 de la Ley La Ley 15/19 establece que los funcionarios que son candidatos están suspendidos “ipso facto” desde la inscripción de la candidatura.

Para ganar confianza y credibilidad, los nuevos integrantes del órgano tendrán que superar la vieja práctica de los partidos y candidatos que no resultan favorecidos con el voto de culpar al órgano electoral de sus derrotas. En el proceso de selección, los partidos y sus líderes, así como entidades sociales, han definido perfiles que puedan llevar al órgano al salto cualitativo de la confianza y credibilidad que necesita.

2 Propiciar la equidad. Las pasadas elecciones se hicieron bajo un nuevo sistema legal por la entrada en vigencia de la Ley de Partidos 33/18 y la ley del Régimen Electoral 15/19, que facilitan una serie de medidas para generar mayor equidad en la competencia electoral y evitar el uso de los recursos del Estado, sin embargo, nada de eso ocurrió en el pasado proceso que fue calificado como uno de los más inequitativos y fue criticado en los informes de observación electoral de Participación Ciudadana y la Organización de Estados Americanos (OEA). Participación Ciudadana sostuvo que en el pasado proceso electoral la JCE no ejerció el poder que le otorgan esas legislaciones y la Constitución y que “perdió la oportunidad de constituirse en una verdadera contención del desbordado abuso del poder”. El informe de la OEA criticó la falta de acción de la JCE por no aplicar las leyes electorales para prohibir “la masiva distribución de dádivas” a la población con la excusa de la pandemia, gastos que “más bien podrían catalogarse dentro de los comportamientos expresamente prohibidos”.

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