Mis Archivos Sobre Santiago
de los Caballeros
Colaboracion: Manolo Lopez
Por: Edwin Espinal H.
La primera referencia de su existencia como barrio data de agosto de 1905 con una breve nota de prensa dando a conocer el nacimiento de una niña
El barrio de La Joya en
Santiago se encuentra ubicado en la hoya de ahí su nombre que, hace miles de
años formó el río Yaque tras dejar atrás la meseta sobre la que en 1562 se
reasentó la ciudad por tercera vez, cuyas barrancas desviaron y atrincheraron
su natural desembocadura hacia el mar. La primera referencia de su existencia como
barrio data de agosto de 1905 y se trata de una breve nota en el periódico El
Diario de Santiago en la que se da cuenta de que en “la Joya” nació una niña
con todos sus dientes. Una segunda es una solicitud de subvención que la señora
Natividad Aracena dirigió al concejo de regidores del Ayuntamiento de Santiago
para la escuela particular que acababa de abrir en el lugar; aquí figura como
La Hoya. El dato consta en el acta de la sesión de la Sala Capitular del 9 de
diciembre de 1907, inserta en el Boletín Municipal No.571 del 31 de diciembre
de 1907. Si partimos de este testimonio documental, La Joya tiene ya más de
cien años en el escenario urbano santiaguero.
La Joya está enclavada en lo
que antiguamente se conoció como la sabana del pueblo o sabana del Oeste, que
en 1887 se definió como el sitio hacia el que se extendería Santiago, y que ya
en 1890 había sido designada para ese fin. Sus terrenos adquirieron un orden
preferente en 1891, cuando quedaron afectados por la resolución del Poder
Ejecutivo que mandaba conservar las propiedades urbanas y rurales que fuere
menester para las obras del Ferrocarril Central Dominicano. La plusvalía que
alcanzaron estas tierras las convirtió en una zona de expansión urbana,
fomentando los estratos adinerados estancias en generosas parcelas en su
extremo noroeste, donde tomaba el nombre de Sabana de Santa Ana y sobre el
camino real de Gurabito. Este desarrollo se inició cuando el Ayuntamiento
vendió a diversos arrendatarios los terrenos que estos ocupaban.
Un proyecto definido para la
expansión de la ciudad sobre la sabana empezó a desarrollarse formalmente en
1897. Como parte del mismo, en octubre de ese año se abrió la que sería la
primera calle de La Joya, que fue designada entonces como Talanquera, y que es
la actual Pedro M. Hungría, mientras que en 1898 se decidió demarcar, a
requerimiento del Gobernador Pedro Pepín, el espacio necesario para una
proyectada Plaza de Marte, donde se celebrarían ejercicios militares. Esta
plaza militar”, que se ubicó en la acera Norte de la calle Restauración, fue
delimitada nuevamente en 1902, 1904 y 1906. Ya para 1903 había sido denominada
como Plaza Valerio.
En tercer lugar, y como
parte del plan precitado, en 1898 se delimitó un solar para la iglesia San
Antonio, en 1899 se prolongaron las calles Del Sol, 16 de Agosto y Eladio
Victoria, en 1900 se donó al Asilo Piadoso de Santa Ana y San Juan de la Cruz
un cuadro de terreno para levantar su asilo de niños huérfanos y ancianos
desvalidos, que es hoy el Colegio Santa Ana, mientras que en 1901 se construyó
un nuevo matadero municipal. Este matadero sería destruido en 1909 por el
temporal de San Severo, construyéndose un nuevo edificio en 1911, el cual
permaneció en pie hasta 1986, cuando fue destruido y sustituido por la Escuela
Telésforo Reynoso.
Nuevas extensiones de calles
se realizaron en los años subsiguientes. De este modo, en 1902 se determinó dar
continuidad a la calle Independencia desde su esquina con la calle Benito
Monción; en 1906, se trazó una “calle Nueva”, esquinera con la calle Restauración,
que culminaba en el camino de Santa Ana, actual avenida Imbert y que en 1907 se
bautizó como Santiago Rodríguez – año en que también la calle de La Barca pasó
a llamarse “avenida Valerio – y en 1907 se resolvió prolongar la calle Salvador
Cucurullo.
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