Voces y
ecos
RAFAEL
PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Leonel Fernández, expresidente de la República, ha advertido
que modificar la Constitución para viabilizar la repostulación del
presidente Danilo Medina perjudica la democracia. En verdad, el
sistema democrático pierde valor desde el momento en que se juega a la
adivinanza de si el mandatario se va a repostular o no.
Con decir que Medina encabeza las preferencias o que presuntos empresarios a
los que ayudó a crecer sus capitales lo apoyan, ya se está desvirtuando la
democracia. Y más aun cuando algún sujeto desaprensivo proclama que “Él va como
quiera”, en franco desafío a la Ley, la prudencia y el sentido ético.
“Una segunda
reforma consecutiva a la Constitución de la República con el propósito único de
viabilizar una reelección presidencial pone en riesgo la democracia
dominicana”. Es lo que ha dicho Fernández. Citó la encuesta de Asisa, según la
cual el 71% de la población rechaza modificar la Constitución para fines reeleccionistas.
Es
significativo que el propio
presidente del PLD, partido del que salen las intenciones de arreglar la Constitución para
quitar al presidente Medina el impedimento de
optar por un nuevo periodo de gobierno, se una a quienes advierten de los riesgos de infligir
otra alteración a la Constitución.
Es una señal importante.
Una condición inocultable de los políticos dominicanos es
su apego a la circunstancialidad. Una encuesta indica que presuntamente 24 por ciento de la población apoya
adecuar la Constitución para que Medina pueda repostularse. Ellos se acogen a la
circunstancia, porque la coyuntura los favorece para sus fines personales.
En el PLD ha predominado la divisa de que “En política se hace lo que conviene a los intereses que uno representa”. Por suerte para nuestra democracia no todos
los peledeístas entienden que lo
conveniente sea modificar la Constitución. Para todos no es su interés mantener
a Medina en la presidencia.
En la presente
circunstancia, desfavorece a Fernández
un arreglo a la Constitución porque
habilitaría a su antagonista en su afán por la nominación presidencial. Pero hay que
reconocer la pertinencia de su clamor,
como procede señalar la impertinencia de abogar por imponer a Medina más allá de 2020.
Los reeleccionistas están seguros de lo que buscan, ya lo dijo la pensadora Lucía Medina: “con la reelección de mi
hermano nos reelegimos todos”. Pero cuando fracasen sus pretensiones y otro,
que no sea Danilo Medina, ocupe la
poltrona presidencial, asumirán el
discurso contrario al de ahora. Todos serán antireeleccionsitas.
“Yo soy yo y mi circunstancia; y si no la salvo a ella no
me salvo yo”. Lo ha dicho don José Ortega y Gasset.
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