Ricardo Rodríguez (esdiario.com)
Patxi López y Susana Díaz, en una imagen reciente |
Madrid.- El ex lehendakari quiere jugar el órdago a la grande, pero la presidenta
andaluza no iba a ponérselo fácil. Cuando él se relamía, ella le gripó el plan.
Queda lucha interna por el camino.
Siguiendo el axioma tan simple como contundente de que “resulta
imposible hacer tortillas sin romper huevos”, Patxi López se puso a romper los
de sus compañeros. Con su paso al frente antes que nadie, el ex lendakari
disparó la carrera por el liderazgo del PSOE y logró pillar con el pie cambiado
a la propia Susana Díaz, la misma que en los corrillos del Comité Federal
presumía de no temer a sus competidores.
De aquí a Semana Santa la baronesa andaluza contaba con evitar los
grandes pronunciamientos. “Largas eran las noches en las que perdíamos
elecciones. Esas sí que eran largas, pero ¿cuatro meses?”, razonaba tras
tirarse otra media docena de pegotes. El rictus debió cambiársele a Díaz ante
la jugada anticipada de un López que logró salir de la sede de Ferraz dejando
atrás bromas y capotazos porque ese día, propagó, era para conocer el
calendario o, a lo sumo, trasladar la idea – vía su entorno - de que tardaría
aún un puñado de semanas en postularse.
Con tanta gente en el ajo, tras tantear a tantos secretarios generales
que estuvieron con Pedro Sánchez, prolongar el secretismo era misión imposible.
Encuentros con Idoia Mendía en Bilbao y con Guillermo Fernández Vara en Madrid
la pasada semana alimentaron el runrún, pero Patxi López sólo parecía dejarse
querer. “He llegado sin una filtración”, se regodeaba en conversación informal
al término de su puesta de largo como candidato en la Fundación Diario de
Madrid. El mensaje que el vasco pretendió inocular a la militancia
identificándose con una “izquierda exigente” ha resultado un aviso de por dónde
irá su campaña en pos de la Secretaría General. Ahora bien, necesitará algo más
que ideología para vencer a Susana Díaz.
Los susanistas han alabado al también fugaz presidente del Congreso con
palabras envenenadas al difundir que “siempre será más fácil integrar a Patxi
que a Pedro [Sánchez]”. Es evidente que el entorno de la baronesa trata de
dañar a López asociándolo con un pacto para salvarse él facilitando el
encumbramiento de su más que presumible rival. Ese acuerdo daría a Susana, la
secretaría, y a Patxi la presidencia, aunque de la intervención del vasco
parece descartarse que esté dispuesto a convertirse en la muleta de la
andaluza. De ser así, el 39º Congreso podría darse por decidido, ya que no
cabrían más opciones que el encumbramiento de Díaz.
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