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27 de enero de 2017

¿Marcha por la impunidad?

RAFAEL PERALTA ROMERO
Radica en una preposición la principal diferencia entre la marcha realizada por los dominicanos el domingo 22 de enero y la que se proponen unos  favorecidos del gobierno. Tienen en común la relación con la corrupción y la impunidad. La primera fue  CONTRA  esos dos flagelos; la contramarcha  supone la preposición  POR  delante de corrupción e  impunidad.
La multitudinaria caminata  cívica del pasado domingo produjo escozor desde antes de realizarse. Los adeptos del gobierno, como por impulso del inconsciente,  no solo se distanciaron de ese acontecimiento, sino que lo vieron como  una conspiración.  “Quien está contra la corrupción está contra mí”, parece que habrían  razonado.
El mejor exponente de esa actitud lo fue Abel Martínez, alcalde de Santiago de los Caballeros. Dos días antes de la marcha patriótica, Martínez  desmintió,  con vehemencia,  que estuviera apoyando la jornada contra la corrupción.  Para el ejecutivo santiaguero constituía una “acusación” que lo vincularan a esa actividad.
Atribuyó  a miembros de su propio partido el propalar la información desmentida: “Hay sectores dentro de nuestro partido que promueven tendencias, mentiras y chantajes, que no asimilan cuando a lo interno del partido se le ha dicho que no”. Martínez  fue claro, no apoyaba la marcha contra la corrupción y la impunidad.
Y sus razones fueron claras también. Lo dijo en rueda de prensa: era imposible que apoyara la marcha contra la impunidad porque “es defensor de las ejecutorias del presidente Danilo Medina…” En su lógica,  defender al gobierno de Medina y participar en un reclamo de justicia para los autores de actos de corrupción, son incompatibles.
Martínez advirtió al comité político del Partido de gobierno,  del cual forma parte, “que hay fuerzas a lo interno del PLD que no están en armonía con el deseo del gobierno ni del partido, pero que están enquistados, a los cuales cree que se debe ponerle un freno en su accionar”. Se refería a quienes lo “acusaban” de apoyar la marcha contra la corrupción.
Presumo que los promotores de la marcha POR la corrupción y la impunidad están en la misma onda de defender las ejecutorias del presidente Medina, pero no parece que le vayan a hacer un buen favor  con llevar gente contra su voluntad con la pretendida aspiración de replicar lo que pasó el domingo 22 en la avenida 27 de Febrero de Santo Domingo.

Cada participante  en  esa jornada cívica pagó al menos su transporte para llegar al punto de partida y por igual su refrigerio. Gente hubo que compró ropa verde para la ocasión.  Allí todo fue fervor y entusiasmo. Piénsenlo bien quienes pretendan remedar semejante demostración, tan   libre y espontánea. La contramarcha pro-impunidad no puede llegar lejos. 

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