Por Miguel Rone
Abril, siempre abril. Nos llega como un recuerdo imborrable para los dominicanos que vivimos la época del 65.
Abril será como la llegada de la primavera, donde las esperanzas estaban en las balas que salían de nuestros fusiles, de aquellos que contábamos en las masas irredentas de nuestro pueblo que cual caballo desbocado y con las ansias renovadas de Libertad se lanzaba llenando de sangre las calles de Santo Domingo.
En mí siempre cabe una pregunta: ¿Quién escribirá la historia de esos hombres y mujeres que dejaban la vida en todas las esquinas de la gran ciudad por un ideal que no conocían?
¿Quién han de escribir por esos hombres y mujeres que lo arriesgaban todo sin esperar nada,solo un cambio de vida, en una lucha desigual, hombres y mujeres que nunca habían manipulado un arma de guerra?
Hombres y mujeres que nunca habían oído hablar de formar un comando, hasta que fueron enrolado en el “cucaracha 20” en el barrio de Villa Juana. Hombres y mujeres que no sabían de marca de la metralleta o fusil con que combatían en las calles, a un régimen despótico.
Quien escribirá por nosotros los de las masas sin apellidos, aquellos que solo tienen nombre a la hora en que son muertos y los mencionan con un número (Tantos Muertos).
Héroes anónimos que solo les recuerdan sus familiares, por no ser de los cabecillas que mandan, sino de las masas que solo pone los muertos. Ese es el abril que recordará el pueblo dominicano…
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