José
Gómez Cerda
Uno
de los principales problemas que ha ocasionado la crisis del coronavirus es el
problema del empleo; Además del desempleo y el subempleo, la crisis también
repercutirá en las condiciones de trabajo, los salarios y el acceso a la
protección social, con efectos particularmente negativos en grupos específicos
que son más vulnerables a los resultados adversos del mercado de trabajo.
Las
epidemias pueden tener también un impacto económico desproporcionado en ciertos
segmentos de la población, lo que puede empeorar la desigualdad que afecta
principalmente a algunos grupos de trabajadores.
-Los
trabajadores migrantes, que pueden no tener acceso a sus lugares de trabajo en
los países de destino ni pueden regresar con sus familias.
La
caída constante de las horas de trabajo a nivel mundial a causa del brote de
COVID-19 significa que 1.600 millones de
trabajadores de la economía informal, esto es, casi la mitad de la población
activa mundial, corre peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de
sustento, advierte la Organización Internacional del Trabajo.
Según
El Observatorio de la OIT: El COVID-19 y el mundo del trabajo - Tercera
edición la caída de las horas de trabajo
en el actual trimestre (segundo) de 2020 podría superar con creces a la
estimada anteriormente.
En
comparación con los niveles anteriores a la crisis (cuarto trimestre de 2019),
ahora se prevé un deterioro del 10,5 por ciento, el equivalente a 305 millones
de empleos a tiempo completo.
Según
la previsión anterior, el descenso sería del 6,7 por ciento, el equivalente a
195 millones de empleados a tiempo completo. Ello se debe a la prolongación y
la ampliación de las medidas de confinamiento.
El
empeoramiento de la situación en el mundo del trabajo es universal; lo que
respecta a las regiones, la situación ha empeorado para la totalidad de los
principales grupos regionales. Las estimaciones indican una pérdida de horas de
trabajo equivalente al 12,4 por ciento en el segundo trimestre en las Américas
(frente a los niveles anteriores a la crisis) y al 11,8 por ciento en Europa y
Asia Central. Las estimaciones para el resto de los grupos regionales son
bastante cercanas, y todas superan el 9,5 por ciento.
La
Organización Internacional del Trabajo (OIT)
insta a adoptar medidas urgentes, específicas y flexibles para ayudar a
los trabajadores y las empresas, en particular, a las empresas más pequeñas,
los trabajadores y trabajadoras de la economía informal y demás personas en
situación de vulnerabilidad. Para millones de trabajadores, la ausencia de
ingresos equivale a ausencia de alimentos, de seguridad y de futuro.
La
Organización Internacional del Trabajo advirtió que casi la mitad de la
población activa mundial, unos 1600 millones de trabajadores que laboran en el
sector informal, están en riesgo de perder sus medios de subsistencia debido al
constante descenso del número de horas trabajadas a causa del brote del
COVID-19.
El
estudio de la OIT destaca que la región del mundo que perdería más de horas de
trabajo durante el segundo trimestre serían las Américas con un 12,4%, seguida
de cerca por Europa y Asia Central con un 11,8%, y el resto de las regiones
superarían el 9,5%.
Pero
si hay algún grupo al que la crisis económica provocada por la COVID-19 ha
afectado de un modo contundente es el de los 1600 millones de personas que
trabajan en el sector informal, casi la mitad de la fuerza de trabajo mundial
que asciende a 3300 millones de individuos, sobre un total de 2000 millones a
nivel global.
A
nivel mundial, el primer mes de la crisis se habría cobrado un 60% de los
ingresos de los trabajadores informales. Esto equivale a una caída del 81% en
África y las Américas, del 21,6% en Asia y el Pacífico, y del 70% en Europa y
Asia Central.
El
empleo en la región de Latinoamérica y el Caribe tiene particularidades que
hacen que el impacto en el mercado laboral sea fuerte. Por ejemplo, muchísimas
personas han experimentado el teletrabajo por primera vez y de manera
acelerada, Han aumentado los cursos online, incluyendo a los trabajadores, que
ahora están interesados en tratar temas que los afectan directamente
Para
algunos la transición y la curva de aprendizaje puede ser difícil, lo que
resulta en una inversión en mayor que la ganancia, pero el interés crece entre
los trabajadores.
Además,
es conocido que muchos países de Latinoamérica tienen un bajo porcentaje de
conectividad, lo que no garantiza que el teletrabajo sea un suplemento óptimo
para el shock en el mercado laboral.
También,
América Latina tiene un alto nivel de informalidad que implica mayores riesgos
para la sostenibilidad del empleo.
A
diferencia del impacto en los empleos que podría tener el coronavirus en Europa
y en Asia, la informalidad en Latinoamérica tiene una proporcionalidad mayor.
De manera clara, más de la mitad de los empleos en la región son informales.
Estos
y otros temas se han tratado en el curso online titulado “El coronavirus, sus
efectos en el mundo del trabajo, los empleos y la seguridad social”, que
organiza la Academia Humanista, de la República Dominicana, con la asistencia
de la Asociación de Escritores y Periodistas Dominicanos (ASEPED).
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