El Cañero

28 de mayo de 2020

COVID-19 complica vida de extranjeros viven informalidad


Cobertura. Los programas de asistencia no cubren a estos extranjeros por su informalidad. Regularidad. OIM sugiere estatus legal a venezolanos.
Por Anyelo Mercedes
Ni el Covid-19 ni el incendio de Duquesa impiden
que Ulises Lemoine, haitiano de 28 años de edad,
salga a reclutar desperdicios para subsistir. A.
CALVO
SANTO DOMINGO.-“A mí nadie me ha ayudado con nada, solo Dios”, afirma Johnny Jan, un haitiano de 38 años, esposo y padre de cuatro menores de edad, que vive de la informalidad.
Creyendo que se trataba de un período de tiempo corto, Jan, que se gana la vida vendiendo plátanos en un triciclo, compró suministros al inicio de la pandemia del Covid-19.
Esa decisión lo llevó no solo a pasar hambre, sino a perder su reducido capital económico.
“A los pocos días todo acabó y los muchachos se me empezaron a quejar de hambre”, declara Jan que forma parte de los 254, 198 haitianos que regularizaron su estatus migratorio a partir del año 2013.
Trabajo perdido
De ese grupo (haitianos regulados), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), estima que 146,000 de ellos perdieron sus ingresos y que solo 46,000 que pertenecen al sector construcción, recuperarán paulatinamente sus puestos de trabajo tras la activación de la economía el pasado 20 de mayo.
“Un amigo me prestó 2,000 pesos, fui al mercado y volví a las calles, para mí no hubo cuarentena”, relató Johnny Jan.
Realidad que complica
Es que la enfermedad del Covid-19 no es tan terrorífica como el hambre, los pagos de alquiler atrasados y la incertidumbre que da el no tener apadrinamiento.
La única forma de que un extranjero aplique para los programas asistenciales desarrollados por el gobierno es si su estatus migratorio está actualizado y debidamente asentado en la Tesorería de la Seguridad Social (TSS).
Pero los poco más de 500,000 haitianos (ENI-2017) que viven en el país representan una significativa carga porcentual en la cantidad de empleos informales que son el 58%, según la encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo.
Situación venezolanos
Un grupo no tan numeroso, pero no por ello menos importante, es el representado por venezolanos.
Ana María Alonso, líder de la diáspora venezolana y que coordina ayudas para sus paisanos vía la pastoral venezolana de la arquidiócesis de Santo Domingo, comenta con preocupación el agravamiento de la situación de los venezolanos en el país.
“La situación de la diáspora es bien difícil porque sin un estatus legal en el país no tienen seguro y sin trabajo pues tampoco pueden pagar los servicios y no reciben ninguno de los beneficios del gobierno por su condición de extranjería”, afirma.
A través de la OIM, ADRA dominicana y otras instituciones, han coordinado ayudas para 1,300 familias compuestas en un 73% por grupos de entre cuatro a cinco personas.
Estas contribuciones son recibidas en el colegio Claret de Santo Domingo y desde allí dirigidas a los grupos vulnerables.
Fue así como Kenia Quiroz tras quedarse sin empleo al inicio de la pandemia, recibió una de estas raciones de alimentos. “Pero igual eso se me acabó y tengo que pagar alquiler y sostener a mis padres que viven en Venezuela”.

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