Por: Redacción el Dinero Santo Domingo
Lourdes
Peguero Alfonseca
Cada día es una nueva oportunidad para avanzar mar
adentro con el fin de adaptarnos o sentirnos cansados por remar en las aguas de
lo incierto, los miedos, esperas en la toma de decisiones, reflejadas en
dependencia de las autoridades estatales, locales e internacionales sobre lo
que es mejor para la sostenibilidad de nuestras organizaciones junto a nuestros
colaboradores, clientes, proveedores y demás grupos de interés.
La crisis sanitaria global que vivimos con el
covid-19, nos ha regalado una forzosa y valiosa oportunidad, develando la
importancia de una efectiva gestión de la comunicación interna, especialmente
en tiempos de crisis. La comunicación interna es la que va direccionada hacia
nuestro cliente interno, es decir a nuestros colaboradores.
Nace como una contestación de las necesidades en las
organizaciones para motivar al talento humano y retener a los mejores en un
entorno de constante cambio. Indiscutiblemente, las empresas son lo que
reflejan sus equipos, por lo que motivarlos a través de los valores
organizacionales reflejará el mejor de los resultados.
Promover una buena comunicación interna es uno de
los desafíos constantes en las organizaciones empresariales. Hacer coincidir a
distintos seres humanos, profesionales de variadas competencias y roles dentro
de la compañía; motivar constantemente una cultura de trabajo colaborativo es
todo un reto cuando no hemos entendido que, la comunicación interna va más allá
de: enviar un mail a todo el personal, colocar afiches en murales, interacción
a través de redes sociales o plataformas tecnológicas, entre otros.
Transformar
nuestra cultura
En primer lugar, debe existir voluntad del CEO o
gerente general de la organización, luego un equipo gestor de la comunicación
interna, a través del departamento de comunicaciones de la compañía o un
consultor externo. Si no existe voluntad para el cambio en la cultura
organizacional, el deseo de transformar y aportar valor a mediano y largo plazo
es altamente probable que se cometa el error de hacer grandes inversiones,
pocos serán los resultados. Es un buen momento para repensar hacia adentro
sobre ese cambio cultural que necesitan nuestras organizaciones, nuestros
clientes internos y externos lo agradecerán.
Lejos de la realidad están los profesionales que
consideran la comunicación interna como una plataforma tecnológica o canales
donde difundir las políticas, procesos y campañas que genera la compañía en
beneficio de sus colaboradores o en su defecto, es algo exclusivo de las
grandes marcas y organizaciones.
Muchas empresas ignoran que para ser competitivos y
enfrentarse con efectividad a los cambios que nos empuja esta crisis sanitaria
y también económica, hay que saber motivar a sus equipos, retener a los
mejores, incentivar una verdadera cultura corporativa para que los
colaboradores se sientan identificados y sean fieles a la organización.
Ser auténticos,
transmitir confianza
Es importante que los líderes aprovechen este
momento para mostrarse auténticos y transmitir confianza a sus equipos. Si un
líder proyecta miedo e inquietud, esa misma sensación se traduce a todos sus
colaboradores cual si fuera la pandemia misma.
“La
comunicación genera valor en medio de la crisis y mientras mejor informados
estamos a través de los medios apropiados, la calma se hace presente entre
nosotros. Que el líder exprese con claridad, honestidad y templanza las evidencias
y proyecciones de la realidad, genera un mayor compromiso entre sus
colaboradores”, explica Cadys Carlot, coach certificada en Cultura de
Servicios.
¿Qué pasa cuando nos damos cuenta de que nuestros
líderes no estaban preparados para enfrentar esta crisis? Nos encontramos con
líderes interesados en complacer a las personas, olvidando la visión
estratégica de su rol; en algunos casos realizando promesas que luego no podrán
cumplir. El liderazgo populista incrementa la marea de la tempestad. A otros los
mueve la economía y en ese caso los colaboradores terminan pagando un alto
precio para subsistir frente a este estilo de liderazgo, expresa la destaca
Coach en Cultura de Servicios.
Producto de la misma incertidumbre, el encierro
indefinido, tanto líderes como colaboradores hemos querido bajar los brazos en
medio de un mar bravío, por lo que es indispensable sumar ideas y voluntades.
El trabajo en equipo es una actividad que debe ponerse en marcha, asumir y
entender que en nuestra condición humana podemos equivocarnos, aportará gran
valor el líder que se muestre humano en medio de todo este proceso.
Recomendaciones:
1. Mantente positivo, promueve la calma. Ser
fanáticos del optimismo no es sostenible, incluso cuando nosotros mismos no
sabemos cómo avanzar. Es importante reconocer el problema y buscar soluciones
conjuntas antes que ponerte creativo.
2. Asegúrate de tener un Comité de Comunicación
Interna o en su defecto crear una pequeña célula que involucre al presidente de
la compañía, sus diferentes jefes de áreas, con sus corresponsales internos.
3. Estar conscientes de la situación. Sea
teletrabajo o presencial, elige un momento del día o de la semana para
asegurarte que tus colaboradores gozan de buena salud y ánimo: en sus hogares,
con sus familias, el entorno; siempre será recordado un líder que busca el
bienestar integral de su equipo. Testifica con el ejemplo estar genuinamente a
su disposición; cuando esto pase serán tus colaboradores los primeros en querer
regresar a su segundo hogar, la empresa.
4. Ofrece un ambiente seguro. No escatimes recursos
para preservar la salud y la seguridad de tus colaboradores. Provee todos los
equipos de seguridad personal para que se lleven a cabo sus tareas. Asegúrate
de no ser el titular en las noticias.
5. Elige las acciones a seguir durante todo este
proceso, promoviendo la cohesión en el equipo, evitando las reuniones
personalizadas, que solo generan volumen de trabajo, individualismo y baja
creatividad.
6. Flexibiliza las políticas y los procesos. Adapta
la interacción entre los departamentos. Cualquier obstáculo entre las
diferentes áreas de la empresa, puede dar paso a generar grupismo o un mal
clima organizacional.
7. Crea mensajes personalizados para cada audiencia.
Las palabras sin emoción son difíciles de digerir y no generan compromiso.
8. Asegúrate de validar que el mensaje ha llegado
correctamente a tus colaboradores: como fue percibido, que interpretaron, que
podemos mejorar. Validar y no asumir, es la clave.
9. Utiliza voceros que estén debidamente preparados
para abordar cualquier situación en medio de la crisis.
Ser honestos y transparentes con tus colaboradores,
transmitir mensajes institucionales, mantenerlos informados sobre cómo
continuará operando la compañía en medio y post crisis; motivar, establecer una
línea de comunicación efectiva entre tus empleados, la dirección y los
diferentes departamentos de la empresa son algunos de los objetivos que persigue
la comunicación interna. Hay que recordar que todo esto pasará y seremos
recordados por como supimos abordar y acompañar este periodo de crisis.
Sobre la
autora
Es consultora en Comunicación Estratégica,
relaciones públicas, comunicación interna, responsabilidad social empresarial,
voluntariado corporativo, stakeholders engagement con experiencia en los
sectores de: seguros, zonas francas, alimentos y bebidas, tecnología,
transporte y medios de comunicación.
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