Por Eduardo Simantob y Carlo Pisani (imágen)
Susch - Suiza.- En primer plano, escultura sin título de Ellen Cantor
(1961-2013); al fondo, “Guerras étnicas. Grandes vanidades todavía vivas” de
Zofia Kulik, (polaca, nacida en 1947), forma parte de la exposición inaugural
del Muzeum Susch, Mujer mirando a hombres que miran a mujeres. El título está tomado
de un ensayo de Siri Hustvedt (2016) en respuesta a una exposición de Pablo
Picasso, Max Beckmann y Willem de Kooning en la Pinacoteca de arte moderno de
Múnich titulada ‘Mujeres’, 2012.
El pueblo de Susch, en la parte baja del Paso Flüela,
habitualmente era un lugar de paso tranquilo entre la Alta y la Baja Engadina
en el cantón de los Grisones. Ahora alberga uno de los espacios artísticos más
impresionantes de Suiza: el Muzeum Susch, obra de la multimillonaria coleccionista
polaca Grażyna Kulczyk, que, con un ambicioso programa centrado en el papel de
la mujer en las artes y las ciencias, ha abierto sus puertas en enero.
Susch (206 habitantes, desde 2014), a unas dos horas de
Zúrich, se ha convertido en punto importante en el mapa turístico de los
Grisones. A la Clínica Holística Engiadina (abierta en 2010), un spa para
pacientes con estrés laboral y depresión, se le suma el Muzeum Susch, que
ofrece otro tipo de terapia para los sentidos.
La enorme (re)construcción del antiguo monasterio y
fábrica de cerveza (con partes del siglo XII), en la que se ha excavado un paso
subterráneo que conecta ambos, alteró por completo el día a día del pueblo.
“Todo ha cambiado”, declara una persona de la localidad a swissinfo.ch cuando
atravesamos el puente sobre el río Inn hacia el museo. “¿Ve que la corriente
está bajando? Bueno, pues antes de la construcción solía subir, así que ahora
resulta mucho más fácil pescar”, añade con una gran carcajada.
Mareike Dittmers, la directora, también está sorprendida
por la gran afluencia de visitantes que el museo ha recibido justo tras su
inauguración el 2 de enero: 2 000 personas en dos semanas; más de 8 000 en los
tres primeros meses. Además de la amplia cobertura en la prensa internacional.
“Supongo que el público enseguida se ha dado cuenta de que es algo especial, no
solo exótico”, explica.
MUSEO SUBTERRÁNEO
Se han desplazado 9 000 toneladas de rocas para crear 1
500 metros cuadrados de espacio artístico
La directora Mareike Dittmer ofrece una visión general de
las obras de renovación del Muzeum Susch.
De hecho, en la actual tendencia de museos privados que
están emergiendo en todo el mundo –especialmente en China y Estados Unidos– el
Muzeum Susch sobresale. “La mayoría de estos museos privados creados por
multimillonarios son meras fanfarronerías”, dice Chus Martínez, española y
directora del Instituto Susch, el grupo de estudio que funciona junto con el
programa del museo. “Muzeum Susch, por otro lado, es un museo privado basado en
la investigación, que en sí mismo es algo rarísimo”, añade.
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