30 de mayo de 2019

Sexualidad y Diabetes: ¿es posible tener una vida sexual normal viviendo con Diabetes?


Susana Bárcena Gaona - diabetesaldia.com
Doctora en Psicología de la Salud

La edad mediana es una de las más interesantes de la vida. La energía física en conjunto con la experiencia acumulada permite un desarrollo pleno a nivel individual, económico, familiar y social.  En el terreno sexual, las relaciones también se favorecen, desaparece la prisa y el temor de la adolescencia. Por ello, un diagnóstico de Diabetes a esta edad supone un atentado contra el desarrollo normal de los distintos roles que se desempeñan. Sin embargo, como se verá más adelante, esto no necesariamente es así.
Para entender la forma en que la Diabetes puede afectar la sexualidad, es necesario conocer cómo opera la respuesta sexual, y ésta inicia con el deseo. Ver, oler, tocar, escuchar y besar a la pareja desata una serie de pensamientos y fantasías que conducen a la fase de excitación; durante este momento la sangre inunda la zona genital provocando que el pene crezca; la vulva dilate y la vagina lubrique. En seguida, inicia la fase de mayor excitación, los músculos se tensan, el cuerpo aumenta de temperatura, se incrementa el ritmo cardíaco y la presión sanguínea. 
En los hombres, se presenta una sensación de presión y calor en la pelvis; mientras que, en las mujeres, los pechos crecen, la vagina se expande y aumenta la congestión vascular en los labios menores. Aparece una sensación de tensión que se libera con el orgasmo.  Tanto en hombres como mujeres el orgasmo provoca placer intenso y contracciones en la zona genital y se produce la eyaculación (más común en hombres que en mujeres). Todo termina cuando el cuerpo regresa a la normalidad (fase de resolución), en el hombre aparece el periodo refractario en señal de que no puede volver a excitarse inmediatamente.
En la respuesta sexual intervienen diferentes órganos y sistemas que se ven afectados por la presencia de la Diabetes. Por ejemplo, el nivel alto de glucosa en la sangre ocasiona cansancio, mismo que puede minar el deseo sexual. Asimismo, la Diabetes afecta la irrigación sanguínea impidiendo que llegue a los genitales, dificultando que el varón logre y mantenga una erección; en la mujer hay falta de lubricación y expansión vaginal que provocan dolor durante el encuentro sexual e imposibilidad para alcanzar un orgasmo (anorgasmia).
El funcionamiento sexual también se ve afectado por factores psicológicos tales como, problemas de autoestima, ansiedad y depresión asociados a un mal afrontamiento de la propia Diabetes. La persona con esta condición puede sentirse insegura, percibirse enferma y poco atractiva, lo cual reduce las ganas de tener intimidad con la pareja.
A pesar de que un buen número de pacientes con Diabetes llega a presentar algún tipo de disfunción sexual, la mayoría no se atreve a hablar abiertamente con su médico. Por eso es muy importante vencer esta barrera y a la primera señal de un problema sexual acudir al médico. La atención oportuna y adecuada permite que una persona con Diabetes pueda tener una vida sexual satisfactoria.
 Actualmente, se cuenta con medicamentos y tratamiento psicológico efectivos para resolver estos problemas.  Los fármacos como la Viagra y el Cialis incrementan el flujo sanguíneo en los genitales, resolviendo los problemas de erección en los varones, en caso de contraindicación, también se puede recurrir a la inyección de sustancias vasodilatadoras, o bombas de vacío, cabe recalcar que el uso de estos productos debe estar bajo estricta supervisión médica. Para las mujeres, existen geles y lubricantes que alivian la resequedad vaginal.

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